La cuerda en el shibari

Nawasuji (縄筋) Duración aproximada: 30 minutos

Una de las áreas de estudio del Yagami Ryu son las técnicas de cuerda, o Nawasuji (縄筋). Bajo ese paraguas se engloban todas las técnicas y conocimientos necesarios para un uso eficiente de la cuerda en el shibari.

En sekibaku, la función de la cuerda es afianzar y estabilizar la restricción. Mantener la tensión en el cuerpo por medio de la cuerda es una de las habilidades clave que debemos aprender y practicar.

La cuerda es el elemento que más nos llama la atención cuando accedemos al shibari por primera vez. Las formas geométricas, su aplicación, o la mezcla de sofisticación erótica y sencillez natural que transmite nos cautivan.

Pero no nos dejemos deslumbrar por lo que vemos. La palabra "shibari" es un verbo que hace referencia a la "acción de atar", no a la cuerda (nawa en japonés). Por lo tanto, tengamos siempre presente que la cuerda es un elemento relevante dentro del shibari, pero no el más importante.

Centrarse en la cuerda, en su técnica y su aplicación, es un error que nos llevará a olvidarnos de la verdadera clave del shibari erótico, que no es otra que la comunicación e interacción entre las personas que lo estamos practicando.

Centrarse en la cuerda, en sus patrones, en ejecutar una figura es fuente de frustración, especialmente cuando se empieza. Querer reproducir una figura vista en foto requiere de habilidades que lleva tiempo desarrollar y también de conocimientos que, normalmente, escapan a lo que se enseña en videotutoriales de YouTube.

Comprender la técnica para manejar las cuerdas es fundamental.

Cuanto mayor sea nuestro conocimiento y comprensión, más opciones tendremos a nuestra disposición, y mejor podremos gestionar cada situación reduciendo los riesgos inherentes a esta práctica.

Este conocimiento debe llevarnos a desarrollar habilidades, para que la técnica sea algo que sucede sin que, en la práctica, tengamos que destinar mucha atención a ello.

Lo ideal es separar la "práctica" o aprendizaje del encuentro erótico. Dedicar el tiempo del que se disponga (y realmente suele ser poco) para aprender técnicas base y paulatinamente ir avanzando.

Ojo, no se trata de "hacer cada día una figura". Si no de repetir técnicas base el número de veces y durante el tiempo requerido para asimilarlas. Y luego pasar a otra técnica, para periódicamente volver al principio.

Una buena idea es aplicar en el encuentro erótico menos del 50% de las habilidades desarrolladas con la práctica. De esta forma estaremos siempre manejándonos dentro de nuestro margen de seguridad.

Pero ¿qué practicar?

En el shibari erótico no son tan importantes las figuras como la utilidad de la cuerda. Buscamos restricción, estimulación y comunicación. Dejando en segundo plano geometrías y acrobacias.

Un primer elemento a trabajar es la confianza y seguridad en nuestras propias habilidades. En lo que transmitimos cuando alguien nos ve manejando las cuerdas, lo que percibe la persona atada.

Esta habilidad requiere de un gran ejercicio de auto-análisis y de grandes dosis de honestidad. Es imprescindible dejar el ego a un lado y ser realistas. Si tus habilidades son limitadas, no pasa nada. Mantente dentro de lo que tus habilidades permiten. Pero no intentes emular fotografías o vídeos de internet. Mantener los riesgos bajo control no es optativo.

En shibari erótico buscamos compartir vivencias, no emular fotografías o experiencias ajenas de las que desconocemos prácticamente cualquier circunstancia.

El autoanálisis no es tan sencillo. Llevo más de 20 años impartiendo formación, y un enorme porcentaje de los atadores acuden a las clases afirmando “saber” hacer tal o cual figura. Normalmente figuras avanzadas. La realidad es que no. No saben hacer bien ninguna atadura al fallarles la comprensión y dominio de las técnicas base.

Retroceder en el aprendizaje para corregir los vicios y fallos acumulados durante años de práctica equivocada es una tarea más ardua que empezar desde cero.

Para trabajar la confianza se debe empezar por técnicas básicas. Repetirlas durante mucho tiempo, y no pasar de ahí hasta que se comprenden y nuestras manos adquieren las destrezas necesarias. Dejar que el tiempo actué para que se asienten en nuestra cabeza los conocimientos en necesario. Una vez asimiladas manual e intelectualmente se podrá pasar a una nueva técnica.

Técnica base o fundamentos son aquellos conocimientos y herramientas necesarios para poder empezar a aprender una disciplina. Por ejemplo, para aprender a sumar primero tenemos que conocer los números.

En nuestra formación ofrecemos herramientas tanto para adquirir y mejorar habilidades como para gestionar vuestro ego y poder conoceros mejor.

Un segundo elemento a trabajar es el manejo de la cuerda, la forma en que la movemos, en que la manejamos. Una mala técnica en este sentido provocará una deficiencia en la comunicación. Es como leer un mensaje plagado de faltas de ortografía o intentar expresarnos oralmente sin un vocabulario mínimo.

Nuevamente, es una habilidad que se adquiere con el tiempo y la práctica. Una parte es técnica, otra intuición.

La parte técnica del manejo de la cuerda se basa en la comprensión de cómo la cuerda está construida, de cómo las fuerzas discurren por ella. Cómo utilizar a nuestro favor la torsión, o cómo pasar la cuerda de la forma menos disruptiva para la persona atada. Es técnica, no es cuestión de opinión o criterio.

La parte intuitiva es la que nos irá guiando, basándose en ensayo y error, para adecuar y trasladar la técnica fría a cada una de las interacciones que tengamos, Sean con la misma persona, o con personas diferentes.

El error será una constante. No os preocupéis. De los errores se obtienen valiosas lecciones. Tampoco los menospreciéis. Error no es causar daño, es no obtener el resultado esperado. En ocasiones esto nos lleva a obtener algo mejor. Nuevamente, evitar la frustración, la negación, la culpabilización del fallo. Asumirlo y mejorar.

El perdón de un daño causado no debe someterse al vínculo entre las personas. Eso es una conducta abusiva. El daño causado ha de restaurarse, han de cambiarse las conductas o prácticas que llevaron a él. Ha de aprenderse la lección. Eso es la restauración adaptativa.

Sabaku es el nombre que se da al "manejo de la cuerda". La palabra original se utiliza en Japón para designar los movimientos que los pescadores hacen con el sedal al lanzar el anzuelo cuando están pescando.

La metáfora del pescador es muy apropiada. La pesca comienza como un pensamiento, que poco a poco toma forma por medio de decisiones. Se elige el tipo de pez, el río o el mar… se aplican conocimientos tales como la hora o zona del río. Se llevan a cabo tareas previas como la elaboración del cebo … Finalmente el pescador lanza la caña y disfruta. Independientemente de que un pez acabe en la cesta. Ha disfrutado de cada uno de los pasos del proceso. Ese es un gran enfoque para la práctica del shibari erótico.

La restricción NO proviene de la cuerda

Las restricciones no se construyen con la cuerda. NUNCA. Una restricción eficaz y segura se construye con el cuerpo. Es el conocimiento anatómico y la comprensión de cómo funciona la biomecánica lo que nos permitirá construir restricciones que se puedan mantener con seguridad y eficacia durante el tiempo que dure la sesión sin tener que estar pendientes cada cinco minutos de sí "¿estás bien?".

La falta de técnica en la restricción y seguridad en las propias ataduras hace inviable cualquier interacción erótica más allá del alivio rápido.

Entendamos, pues, que la cuerda en el shibari es una herramienta, que debemos manejarla con seguridad y eficacia. No hacerlo es una forma de agresión. Es llevar al encuentro erótico riesgos físicos que no son aceptables bajo ningún concepto.

Elección de la cuerda

Una vez tengamos claro que la cuerda solamente es una herramienta, y que manejarla con seguridad y eficiencia es un requisito, veamos qué opciones tenemos.

La primera opción es "cualquier cosa". Lo primero que tengamos a mano. Si cuentas con una buena base técnica podrás afianzar una restricción con casi cualquier elemento.

Pero para que las técnicas propias del shibari sean seguras y mantengan su eficiencia es necesario que se trate de un elemento «blando». En este sentido, unos grilletes metálicos no serían una buena opción. Utilizarlos con técnicas de shibari provocará lesiones más pronto que tarde.

Pensando en hacernos con una equipación habitual reseñaré algunas opciones

Cuerdas sintéticas: Pueden servir, pero no son idóneas. Por lo que no las trataremos en este curso.

Cuerdas vegetales: Encontramos varias opciones

Algodón, Lino y Seda son fibras que aportan un tacto muy interesante. No son precisamente interesantes desde el punto de vista de su manejo y desde luego, NUNCA deben utilizarse para suspensiones o ataduras de gran presión.

Coco, Arroz y otras cuerdas elaboradas con fibras ásperas o con muchas impurezas y astillas. No las recomiendo por su textura y aspereza. Salvo que te interese especialmente esa sensación. Pero si vas a causar “daño” que sea siempre bajo control y asumiendo las consecuencias.

Cáñamo y Yute. Son las cuerdas comúnmente asociadas al shibari. En parte por motivos históricos y “tradición”. En parte por ser con estas cuerdas con las que se desarrollaron las técnicas, y, por tanto, son las apropiadas para llevarlas a cabo.

A partir de aquí cuando hablemos de cuerdas nos referiremos a cuerdas de yute.

Medidas

No hay medida estándar, por lo que adaptarse a la persona que ata es la mejor opción.

4 veces la envergadura de brazos es un buen principio. Así podrás «mover» toda la cuerda en tan solo dos brazadas.

Contar con cuerdas cortas también es buena idea. Puedes aprovechar restos de cuerdas antiguas o dañadas, salvando la parte indemne. O directamente cortar en varios trozos una cuerda larga.

Medidas por encima de 8 metros son incómodas. Independientemente de las dimensiones de la persona atada (salvo casos muy puntuales).

El diámetro de las cuerdas es uno de los elementos que influye en su resistencia y manejabilidad. Una cuerda de mayor grosor será, a priori, más resistente y menos manejable que una de menor diámetro.

Por lo tanto, si estamos aprendiendo, cuerdas de 4 o 5 mm de diámetro son perfectas. Requieren menos fuerza en las manos para manejarlas, y con una cuerda fina los nudos quedan estilizados y bonitos, con lo que nos será muy gratificante practicar.

Cuerdas de 6 mm de diámetro se encuentra dentro de lo que se entiende como manejable, y cuentan con suficiente resistencia como para permitirnos asumir prácticas tales como las suspensiones.

Todo esto dependerá siempre de cada cuerda en particular. Las fibras vegetales, como todos los seres vivos, no son estándar y de uno a otro hay grandes diferencias.

Qué significa que la cuerda de yute "está viva": simplemente que procede de una planta que en su momento estuvo viva, y que mantiene algunas propiedades que irá perdiendo paulatinamente. Su elasticidad, resistencia, etc. se ven afectadas por el tiempo que lleva cortada la fibra vegetal.

Fabricación de la cuerda de yute

Las cuerdas se elaboran a partir de fibras vegetales que se trenzan en hilos. Estos hilos se trenzan a su vez formando cordones. Y los cordones nuevamente son trenzados para formar la cuerda.

Cada uno de estos elementos «gira» en sentido contrario al anterior. Así se obtiene una cuerda de mayor resistencia que si utilizásemos las fibras en paralelo.

JBO

JBO es el acrónimo de Jute Batching Oil, o lo que es lo mismo: aceite apelmazador empleado en el procesado industrial del yute.

Es un aceite que se utiliza durante la fabricación de los hilos o filásticas con los que se elaboran las cuerdas de yute, y que se añade en el proceso para facilitar su manejo y trenzado. Es algo así como un acondicionador para el cabello.

¿Cuál es el problema con el JBO?

El problema con estos productos viene cuando el fabricante emplea aceites minerales con presencia de hidrocarburos cancerígenos. No todos los fabricantes utilizan aceites minerales, algunos emplean aceites de origen vegetal (que también tiene su problemática)-

Una forma de identificar si hay presencia de aceites minerales en las cuerdas es por su olor. Los derivados del petróleo emiten un olor característico. A petróleo.

El efecto cancerígeno de los hidrocarburos volátiles está sobradamente probado. Esto no quiere decir que exista una relación directa causa-efecto entre utilizar en nuestras sesiones de shibari cuerdas con JBO mineral y la posibilidad de desarrollar algún tipo de cáncer.

Pero exponerse a agentes cancerígenos o disruptores endocrinos es un riesgo que conviene minimizar en la medida de lo posible.

¿Puede eliminarse de las cuerdas?

Sí. Mediante exposición moderada a la luz solar (UV) y una generosa ventilación. Los hidrocarburos son elementos relativamente volátiles.

Ciertamente, se eliminarían de forma eficaz mediante calor, o hirviendo las cuerdas. Pero esto dañaría sus fibras excesivamente.

¿Existen alternativas?

Algunos fabricantes emplean aceites de origen vegetal en lugar de aceites minerales. Normalmente motivados por las regulaciones y legislaciones de los países en los que se ubican sus fábricas. Desde el punto de vista de la salud es una ventaja, pero cuentan con inconvenientes que también conviene valorar.

Por una parte, está el impacto medioambiental, por ejemplo, si utilizan aceite de palma, o de soja transgénica, estaremos hablando de productos que no son sostenibles y generan injusticia social donde son cultivados.

Por otra, la tendencia de los aceites vegetales a ponerse rancios por oxidación, desprendiendo un olor realmente desagradable y poco apropiado para la interacción erótica. Para evitar esta rancificación se puede recurrir a aceites de prensado en frío, o a añadir antioxidantes químicos al aceite, con su consiguiente encarecimiento.

Esto nos lleva a que si un fabricante decide utilizar un aceite vegetal, de cultivo respetuoso con el medio ambiente y que no se vuelva rancio con el paso del tiempo, estará encareciendo su producto.

¿Existen cuerdas libres de JBO?

Técnicamente no. Todas las cuerdas fabricadas industrialmente son “lubricadas” en el proceso. Algunas con aceite vegetal, la mayoría con aceite mineral.

Sí que existen en el mercado cuerdas libres de aceites minerales, elaboradas a partir de yute procedente de cultivos responsables y sostenibles.

Calidad de las cuerdas

La calidad de la cuerda depende de un buen número de factores algunos subjetivos, como su ductilidad.

La longitud de las fibras vegetales, el grosor de la cuerda, su torsión, uniformidad y ausencia de impurezas son indicativos objetivos de calidad en una cuerda.

Una buena práctica es conocer bien tus cuerdas. Corta un trocito de unos centímetros. Observa su corte. Desmenuza la cuerda para ver cómo está fabricada.

Una mayor longitud de las fibras nos dará una cuerda más resiente debido a un mejor reparto de las tensiones en el conjunto de los hilos.

La torsión de la cuerda (en su fabricación) es un factor variable. Hay un grado de torsión óptimo para cada tipo de fibra, por lo que no es necesariamente cierto que una mayor torsión se traduzca siempre en una mayor resistencia.

Un yute de baja calidad (fibra corta) obtendrá su mayor resistencia con un grado de torsión inferior al de un yute de mayor calidad (fibra larga).

En este sentido tiene mayor importancia la torsión en direcciones opuestas (hilo, cordón, cuerda) que una mayor torsión en cada elemento.

Una cuerda de baja calidad con un elevado grado de torsión tiene propensión a la rotura.

Una cuerda demasiado "tensa" es difícil de manejar, mientras que una cuerda muy "floja" se manejará con suavidad, pero será propensa al daño estructural.

Si en prácticas de fuerza o peso aparecen "hernias" en tus cuerdas deberías reemplazarlas por otras de mayor dureza.

Una buena cuerda es ligera y fácil de manejar. No provoca abrasiones ni encallece la piel de las manos de quien la maneja. Debe tener la firmeza adecuada al uso que se le va a dar (diferentes técnicas/estilos tienen preferencia por diferentes firmezas). No debe soltar polvo o fibras en exceso.

El yute siempre produce "pelos" y suelta fibra. Un acondicionado periódico solucionará este problema.

Cierra tus cuerdas con un nudo sencillo hecho en la dirección de la torsión. No lo hagas justo en el extremo, deja unos 5 cm de cuerda. Así garantizas que las hebras se comprimen de forma homogénea y no se descompensarán cuando se les aplique tensión.

Conceptos éticos como el origen de las cuerdas, condiciones de cultivo de la planta, o del proceso de fabricación son factores subjetivos, pero también deberías tenerlos en cuenta.

Acondicionado de cuerdas

La cuerda al natural (raw) suele ser demasiado áspera y rígida para su manejo, por eso se procede a un "acondicionado" previo a su uso.

Este proceso suele incluir:

  • Quebrado mecánico de las fibras: para ablandarlas
  • Eliminación con llama del exceso de fibra
  • Limpieza eliminando polvo y restos de del proceso anterior
  • Aplicación de un agente protector

El quemado ha de hacerse con llama azul (gas), evitando la llama naranja (vela). La llama naranja deja demasiada suciedad en las cuerdas, y contiene elementos químicos NO volátiles que no nos interesa incorporar a nuestras vidas.

En mantenimiento de las cuerdas puede requerir un repaso en llama en caso de un exceso de pelo o fibra suelta, pero con aplicar periódicamente una crema protectora debería ser suficiente para mantener tus cuerdas en perfecto estado por muchos años.

Trata tus cuerdas como tratas tu piel, cabello o prendas de ropa favoritas.

Almacenamiento

Para guardarlas procura que estén en un lugar ventilado, protegidas de la luz solar y la humedad, y si es posible colgando estiradas.

No las guardes en bolsas de plástico o recipientes cerrados. La falta de ventilación propiciará la aparición de moho y las cuerdas se estropearán.

Seguridad con los nudos

En shibari apenas se utilizan nudos, y en las pocas ocasiones que se emplean es importante que cumpla 3 principios

  • No ser corredizo, un nudo corredizo se apretará cada vez más, lo que siempre será un problema.
  • No colapsar. Debes soportar tensiones sin alterar su estructura.
  • Ser fácil de desatar. Para no focalizar en el nudo es interesante que se pueda deshacer con facilidad.

Seguridad con las cuerdas

Una primera norma básica es dejar un espacio libre aproximado de 4 dedos (unos 8 cm) sobre cada articulación. En todas y cada una de las articulaciones.

Esto es fácil de verificar, coloca tu mano con los dedos extendidos sobre una articulación (muñeca, por ejemplo). Ninguna cuerda debe estar en el espacio que tapa tu mano.

Medidas humanas

Siempre que una medida no tenga una importancia clave, es preferible indicarlo en medidas humanas.

No es de recibo ir con una cinta métrica encima a un encuentro erótico, pero siempre llevaremos nuestro cuerpo. Por tanto, medir con los dedos, la mano o el brazo es una buena forma de tomar referencia.