Cuadrado, Triángulo, Círculo

Taijutsu (體術) Duración aproximada: 10 minutos

Con frecuencia, en artes marciales se recurre a formas geométricas para visualizar conceptos ligados a movimiento, estado e instante.

Empleando este esquema, podemos comenzar con el punto y la línea como representación del instante y el estado.

La confluencia de líneas genera ángulos y sus correspondientes formas geométricas, y cuando se les agrega volumen se convierten en cuerpos sólidos tridimensionales.

Lo que es muy práctico para visualizar las posiciones, movimientos, fuerzas y anticipar los resultados de combinarlo todo.

El cuadrado representa lo estático, lo sólido, lo material. Es una posición de balance, y en shibari podemos asimilar esta forma geométrica con la postura desde la que partimos.

El triángulo se asocia al movimiento, a la intención. En shibari podemos emplearlo para representar con la postura desde la que actúa la persona que ata, con la aplicación de la técnica para romper el balance y con la geometría que lleva a la restricción.

El círculo es movimiento, la continuidad y la vuelta al punto de partida. Llevado al shibari son los movimientos que ejecuta la persona que ata y la forma en que maneja en cuerpo de la persona atada.

En el plano erótico, círculo es la forma en que cada una de las técnicas aplicadas lleva a la persona atada nuevamente al punto de partida dentro del esquema del deseo.

Estas tres figuras deben tomarse como ayudas para visualizar las técnicas cuando practicamos, y no deben entenderse como figuras estáticas, ni tampoco como formas planas, sino que deben dotarse de movimiento y volumen, ya que, como cuerpos, nos movemos en un espacio tridimensional.

Como todos los conceptos orientales, esta trinidad geométrica está asociada con múltiples conceptos e ideas místicas y filosóficas. Si os interesan esos campos o animamos a explorar, puesto que hay abundante literatura disponible online.

Veamos estas formas más en detalle y cómo aplicarlas en el shibari

Cuadrado

El cuadrado es una forma geométrica estable y fuerte, tiende a mantenerse inalterable, y carece de movimiento.

Si visualizas un cuadrado, con sus cuatro lados iguales, y sus cuatro ángulos de 90 grados, podrás entender su estabilidad y fortaleza. Pero también su equilibrio y balance. Todos sus lados son iguales, todos sus ángulos son iguales.

En shibari asociamos esta forma a la “postura (Shisei 姿勢)”, a la posición del cuerpo anatómicamente neutra, sea en pie o en suelo. Tanto para quién ata, como para quien es atado.

Es la posición y forma que nos permite estar preparados para movernos, para actuar, para cambiar, para adaptarnos.

Pero también es la posición a la que volvemos continuamente. Con el balance jugamos, alterándolo y modificándolo. Por así decir, vamos de un cuadrado a otro cuadrado.

¿Por qué? Simplemente, todo el juego físico y emocional que implica el shibari, no es posible sin un balance o estabilidad. No estamos en un viaje lineal, sino más bien en una escalera en la que podemos pararnos en cada escalón. Y debemos hacerlo para escuchar, observar y decidir el siguiente paso.

Sin balance, sin estabilidad, sin “cuadrado”, no es posible el control que se requiere para gestionar una sesión de shibari.

Cuando apliquemos movimiento, el cuadrado también nos ayudará a manejar la fuerza de la gravedad (Tenchi 天地) para llevarla al suelo y retomarla en nuestro favor.

Triángulo

En shibari el triángulo es clave y da nombre a numerosas técnicas (sankaku).

Representa estabilidad, pero también la posibilidad de movernos en todas las direcciones, sea linealmente (adelante y atrás), como en espiral rotando sobre cualquiera de sus vértices.

Visualizad una forma triangular, y ahora en vuestra cabeza rotarla sobre uno de sus vértices. Si tenéis a vuestro alcance un cartabón, podéis hacer la prueba con él para materializar esta imagen.

Un triángulo está compuesto por tres vértices. Vértices que llevados al cuerpo serán pies, cadera y hombros principalmente.

Pregunta: ¿Qué tipo de articulaciones son pies, cadera y hombros? ¿Estables o móviles?

Si al triángulo le añadimos volumen, tendremos el movimiento hasta en ocho posibles direcciones.

En el discurso místico japonés, la forma de triángulo se asocia con el fluir del agua en un arroyo. Quedemos con el concepto base de esta idea. El agua es imparable, y siempre encontrará el camino que menos resistencia le oponga.

En shibari, las restricciones, y la rotura del balance de la persona atada se llevan a cabo mediante “triángulos”. Su eficiencia será mayor cuanto más cercanos a este concepto de “agua” estén.

El triángulo en sí mismo es fuerte. Distribuye de forma eficiente las fuerzas, por eso se emplea como estructura en la construcción, y por eso lo usaremos como base para crear restricciones.

Una de las características físicas de la forma geométrica del triángulo, es que la fuerza aplicada a esta forma se distribuye uniformemente por toda su estructura. Algo muy interesante a la hora de crear una restricción anatómica.

Otra característica que hacen ventajosa esta forma en su uso como base de la restricción es que las fuerzas “encapsuladas” en ese triángulo son autónomas del resto de cuerpo, y suman cero.

Es decir, si mediante un agarre (Kote Tori 小手取) generemos un triángulo brazo-hombro entre la persona que ata y la persona atada, toda la fuerza que la persona atada ejerza como respuesta, será compensada por la propia forma geométrica, sin que la persona que ata tenga que aplicar fuerza alguna, solamente mantener su balance.

Y así el “cuadrado” (core) de la persona que ata lleva al suelo la fuerza ejercida por la persona atada y transmitida por el triángulo que forman los brazos y hombros de ambos. Recogiendo nuevamente esta energía del suelo para emplearla en el siguiente movimiento.

Debemos acostumbrarnos a ver triángulos en el cuerpo, y a formar triángulos entre el cuerpo de la persona que ata y el de la persona atada.

Por ese motivo, quien ata no se coloca nunca frontalmente a la persona atada. Siempre es bueno estar a un lado, a 45 grados.

No siempre harán falta tres “líneas” para crear un triángulo, entendiendo por “línea” extremidad o parte del cuerpo. También podemos emplear vectores de fuerza o movimiento para completar uno de los lados del triángulo.

Importante, NO emplear la fuerza, no obligar a la persona atada a formar parte del triángulo. Cuanto más fluida, suave y sugerente sea la construcción de estas formas, tanto más eficientes serán. Especialmente en el juego erótico.

Un primer paso en el estudio de estas formas es visualizarlas. Aprender a ver, y crearlas con los cuerpos de ambos. Sin más. Primero ver, luego generar, y finalmente mover.

Un triángulo se puede mover rotando sobre su eje central, sobre uno de sus vértices, desplazándose sobre una línea, o girando en espiral (en una línea circular). O una mezcla de todo ello.

Visualizar todas estas abstracciones geométricas, y aplicarlas al cuerpo, su postura y movimiento puede ser complejo y requiere de práctica, pero es fundamental para un shibari fluido y eficiente.

Una vez que se asimilan estos conceptos básicos, los triángulos parecen formarse mágicamente y los movimientos brotar por sí mismos.

De forma que la persona atada se siente “movida” y manejada por quien ata, sin sentir que tenga participación o capacidad de oponerse a ese manejo.

Del mismo modo, cuando esta técnica se aplica correctamente y funciona, la persona que ata puede sentir como la persona atada se mueve sin tener que esforzarse.

Esto es una ventaja siempre y cuando la intención de quien ata sea clara, y tenga claro el motivo de ese movimiento y cuál ha de ser el siguiente paso.

Círculo

El círculo representa el movimiento, cuanto más perfecta sea su ejecución, mejor será la técnica. El movimiento circular es fluido, suave, carece de aristas o interrupciones.

Pensemos en el círculo no solo como una forma de “redondel”, sino como un punto central y un radio hasta un segmento de movimiento con dirección.

En shibari, buena parte de los movimientos serán circulares, evitando en la medida de lo posible los movimientos lineales. Especialmente cuando nos refiramos a mover el cuerpo de la persona atada.

Como explicación del concepto “movimiento circular” tomaremos el centro del círculo como el punto de partida del movimiento. Generalmente, el core, o muy cercano al core de la persona que ata, siendo el radio el vector de movimiento, que ejecutamos siguiendo un arco, o parte de la circunferencia.

Al igual que cuando visualizamos el movimiento del triángulo, con los movimientos circulares debemos pensar en tres dimensiones, es como si tomásemos un triángulo, y lo rotásemos hasta formar una esfera con él.

Una característica del círculo es que siempre vuelve a su origen. En un sentido metafórico. Así, en Japón es común incluir la palabra "maru" (círculo) en el nombre de los barcos, como petición para que regresen a casa.

En sekibaku tomamos el concepto "maru 丸" para aplicarlo en el esquema del deseo, una vez que completamos un ciclo, un círculo, volvemos al punto de partida, la restricción.

Puede parecer confuso al principio, pero si seguimos los siguientes pasos podemos progresar en la comprensión y manejo de estas técnicas:

  1. Visualizar en nuestra mente el resultado del movimiento o técnica sobre la persona atada.
  2. Visualizar los pasos que vamos a dar para ello, buscando las geometrías referidas.
  3. Aplicar la técnica lentamente, paso a paso, ejecutando un paso y observando su resultado antes de dar el siguiente.
  4. Valorar los resultados con respecto a lo previsto en el paso 1.
  5. Repetir hasta conseguir que 4 de cada 5 veces consigamos en resultado deseado.