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El movimiento del brazo hacia atrás, el que típicamente se emplea para las formas estilo gote, puede provocar varios problemas en el hombro si no se efectúa adecuadamente.

Principalmente, los daños suelen afectar a la articulación glenohumeral y las estructuras circundantes.

La articulación glenohumeral, también conocida como articulación del hombro, es una articulación sinovial de tipo esferoidea que conecta la cabeza del húmero con la cavidad glenoidea de la escápula

A continuación veremos los principios biomecánicos y la participación específica de los tejidos asociados con estos problemas.


Consecuencias Anatómicas del Movimiento Impropio del Brazo Hacía Atrás

La imagen ilustra la diferencia entre una posición normal del hombro con activación muscular adecuada (izquierda) y un movimiento posterior inadecuado con activación muscular insuficiente (derecha).

Esta representación visual nos ayuda a comprender los cambios biomecánicos que ocurren durante un movimiento incorrecto.

Inestabilidad de la Articulación Glenohumeral

La articulación glenohumeral, siendo la más móvil del cuerpo humano, depende en gran medida de los estabilizadores estáticos y dinámicos para su correcto funcionamiento.

Durante un movimiento posterior inadecuado del brazo sin la activación muscular adecuada, pueden surgir los siguientes problemas:

a) Desplazamiento Posterior de la Cabeza Humeral

Cuando los músculos del manguito rotador (especialmente el subescapular) no se activan adecuadamente, la cabeza humeral puede migrar posteriormente dentro de la fosa glenoidea.

Este desplazamiento estira la cápsula anterior y los ligamentos, mientras potencialmente comprime las estructuras posteriores.

b) Lesiones del Labrum

El labrum, un borde fibrocartilaginoso unido a la cavidad glenoidea, profundiza la cavidad y proporciona estabilidad.

Un movimiento posterior inadecuado puede generar fuerzas de cizallamiento excesivas en el labrum, particularmente en las regiones posterior y superior, lo que resulta en desgarros o desprendimientos.

Las lesiones SLAP (Superior Labrum Anterior y Posterior) son un resultado común de esta mecánica incorrecta.

Disfunción del Manguito Rotador

Los músculos del manguito rotador desempeñan un papel clave como estabilizadores dinámicos de la articulación glenohumeral.

La activación inadecuada durante el movimiento posterior del brazo puede provocar:

a) Desequilibrio Muscular:

La activación insuficiente de los músculos del manguito rotador, particularmente el subescapular, puede generar un desequilibrio en los pares de fuerzas que normalmente mantienen la cabeza humeral centrada en la fosa glenoidea.

Este desequilibrio puede resultar en una biomecánica alterada y un mayor estrés en otras estructuras del hombro.

b) Tensión e Impingement Tendinoso:

A medida que la cabeza humeral se desplaza posteriormente, los tendones del manguito rotador pueden estirarse o comprimirse contra el borde glenoideo o el acromion.

Con el tiempo, esto puede llevar a tendinopatía, desgarros parciales o incluso desgarros completos de los tendones del manguito rotador.

Estrés en la Cápsula Posterior y los Ligamentos

La cápsula posterior y la banda posterior del ligamento glenohumeral inferior (LGHI) son estabilizadores estáticos críticos contra la traslación posterior de la cabeza humeral.

a) Estiramiento Capsular:

Los movimientos posteriores inadecuados repetidos pueden provocar un estiramiento gradual de la cápsula posterior.

Esta laxitud puede contribuir aún más a la inestabilidad posterior y a una biomecánica articular alterada.

b) Tensión Ligamentosa:

La banda posterior del LGHI puede sufrir un estrés excesivo durante los movimientos posteriores inadecuados.

El estrés crónico puede provocar laxitud ligamentosa o incluso ruptura, comprometiendo las restricciones estáticas contra la traslación posterior.

Disfunción Escapulotorácica

Aunque no forma parte directamente de la articulación glenohumeral, los músculos escapulotorácicos son también importantes en la función y estabilidad general del hombro.

a) Cinemática Escapular Alterada:

Un movimiento posterior inadecuado del brazo puede provocar un posicionamiento y patrones de movimiento anormales de la escápula.

Esto puede resultar en discinesia escapular, comprometiendo aún más la estabilidad y función de todo el complejo del hombro.

La discinesia es un trastorno neurológico caracterizado por movimientos anormales, involuntarios y descoordinados de los músculos

Consecuencias a Largo Plazo

Las lesiones o daños generados por el movimiento posterior inadecuado del brazo sin la activación muscular adecuada realizado de forma reiterada puede tener consecuencias a largo plazo, como:

a) Inestabilidad Posterior Crónica del Hombro:

El microtrauma repetido a la cápsula posterior, el labrum y los ligamentos puede resultar en inestabilidad posterior crónica.

Esta condición a menudo se subdiagnostica debido a su presentación sutil, pero puede afectar significativamente la función del hombro y el rendimiento atlético.

b) Cambios Degenerativos:

La biomecánica alterada y la inestabilidad crónica pueden acelerar el desgaste del cartílago articular del glenoides y la cabeza humeral.

Con el tiempo, esto puede llevar a una osteoartritis de inicio temprano en la articulación glenohumeral.

Tened en cuenta que estos daños no se van a producir de la noche a la mañana, ni (espero) durante la práctica. Este tipo de lesiones en los tejidos blancos se produce por acumulación de daños, muchos daños pequeños a lo largo de un largo periodo acaban generando severas lesiones.