Demostración práctica, fundamentos teóricos y guía para entender la técnica base con lo que vamos a poder gestionar el cuerpo eficientemente.
A partir de todo lo visto hasta ahora, el problema que suelen enfrentar los alumnos suele ser precisamente entender cómo funciona y se aplica toda esta técnica a las ataduras que ven en foto y vídeo.
Spoiler: La mayor parte de las imágenes de shibari que verán en internet no aplican adecuadamente la técnica ni son realmente prácticas seguras.
Por lo tanto, en esta lección vamos a trabajar en la doble faceta de, primero, contar con los conocimientos necesarios y, luego, aplicarlos, teniendo una referencia física en el propio cuerpo.
Esto permitirá que, a la hora de probar con ataduras y aplicar fuerzas, sepáis qué esperar y cómo gestionarlo.
Hago hincapié en gestionar, ya que es clave la gestión por parte de ambos participantes.
Puntos Clave - Articulaciones
Comencemos identificando dos puntos clave para el movimiento del cuerpo:
Articulación Esternoclavicular
Es una articulación sinovial que conecta la clavícula con el esternón y el primer cartílago costal.
Es la única conexión ósea directa entre la extremidad superior y el esqueleto axial del tronco.
La articulación esternoclavicular cumple una función importante en la coordinación de los movimientos del miembro superior con el centro del cuerpo. Permite los siguientes movimientos:
- Elevación y depresión.
- Protracción y retracción.
- Rotación axial.
Esta articulación está reforzada por varios ligamentos, que proporcionan estabilidad y limitan el rango de movimiento.
Articulación Sacroilíaca
Es una articulación sinovial que conecta el hueso sacro con el hueso ilíaco de la pelvis.
Se encuentra en la parte posterior de la pelvis, cerca de la región lumbar de la columna vertebral, y hay una a cada lado del cuerpo.
Cumple varias funciones importantes:
- Soporta el peso de la mitad superior del cuerpo.
- Transmite el peso desde la columna vertebral hacia los miembros inferiores.
- Ayuda en la absorción y distribución de fuerzas entre la columna y las piernas.
- Contribuye a la movilidad del cuerpo durante actividades como agacharse o caminar.
Aunque tiene un rango de movimiento limitado, permite:
- Un desplazamiento mínimo y un momento de rotación.
- Movimientos de nutación y contranutación, especialmente notables durante el embarazo y el parto.
La estabilidad de la articulación sacroilíaca se mantiene gracias a:
- Su forma curva y encaje entre las superficies articulares.
- Fuertes ligamentos intrínsecos y extrínsecos.
- La arquitectura de ligamentos que la rodean, tanto en la parte anterior como posterior de la pelvis.
Ambas articulaciones, una en la parte superior del cuerpo y otra en la inferior, tienen la misma función: mantener el balance, distribuyendo pesos y fuerzas.
Conceptos: Vector y Circuito
Ahora, visualicemos un vector que conecta estas dos articulaciones. Es importante tener en mente este vector.
Si conectamos ambos puntos, por ejemplo, utilizando nuestras manos como mostramos en el vídeo, sin aplicar fuerza, podemos gestionar el cuerpo de la persona atada con facilidad.
Sin embargo, esta posición puede resultar algo incómoda, ¿verdad?
En cambio, si utilizamos la cuerda para conectar ambos puntos —por ejemplo, a través de un gote que toca la zona del esternón y, mediante la activación muscular de los antebrazos, «tira» de la musculatura que llega a la región sacroilíaca—, podemos lograr el mismo control.
Al aplicar un movimiento circular de manera que el vector visualizado anteriormente forme una tangente con ese círculo, podremos mover el cuerpo de la persona atada con facilidad, sin esfuerzo.
Lo más interesante es que este movimiento no proviene de la energía cinética de quien ata, sino de la persona atada.
«Engañado» por su cerebro, su cuerpo ejecuta de forma natural el movimiento para «conservar el equilibrio».
No es que la persona atada esté perdiendo el equilibrio, pero su cerebro percibe un desplazamiento en la dirección del vector.
Es algo similar a la sensación que tenemos en un vehículo cuando parece que nos movemos, pero en realidad es el vehículo de al lado el que lo hace.
Para que esta gestión sea fluida y los movimientos se mantengan orgánicos, ambas personas deben estar en una posición de balance y utilizar su core activamente.
Cuando ambas partes están en posición de balance, y transfieren-recogen parte de la fuerza de reacción del suelo, estarán creando un circuito cinético, que facilita mover el cuerpo, teniendo ambas partes la sensación de que pesa menos, y con pleno control y seguridad.
El Cuerpo Humano está Diseñado para Moverse
El movimiento ha de ser intencionado y controlado.
Esto es, cuando se mueve a la persona atada, ha de ser del punto A al punto B en un tiempo y a una velocidad controladas por la persona que ata.
Dependiendo de la técnica empleada, la metodología variará, pero en todos los casos trabajaremos con la idea de que el cuerpo quiere moverse, todos los movimientos están preprogramados, por así decirlo.
Con lo que, si proporcionamos las claves e instrucciones adecuadas, el cuerpo ejecutará el movimiento por sí mismo de forma fluida y anatómicamente armoniosa.
El shibari es sutileza antes que fuerza; la belleza y la armonía no estarán presentes si no hacemos un uso eficiente de nuestros cuerpos y energías, tanto quien ata como quien es atado.
No necesitamos “mover” o desplazar a la persona atada, basta con iniciar el movimiento. Si sabemos cómo hacerlo, su cuerpo completará el movimiento por sí mismo.
Explicación Técnica
Analicemos desde la biomecánica la técnica de Fuchin. Desde este enfoque, lo que haremos es combinar usando conjuntamente los siguientes elementos:
- Postura anatómica.
- Activación muscular.
- Balance.
- Vectores de fuerza y energía.
- Mapa mental (brainmap).
Postura Anatómica
Esta es la técnica que llamamos "shisei" en las primeras lecciones del curso.
Para que la persona que ata pueda inducir y, sobre todo, gestionar el movimiento de la persona atada, ambas deben estar en una postura anatómicamente neutra y, por lo tanto, estable.
Si uno de los dos no tiene una buena postura, no será posible un movimiento fluido y orgánico; será torpe, inconexo e incontrolado.
La ventaja que nos aporta un movimiento fluido no es solamente estética, que ciertamente se ve mucho mejor, sino que también se siente mejor. Ambos sienten que el movimiento es natural, sin que interrumpa el transcurso de la sesión.
De esta forma, la persona atada asume, por así decir, que su cuerpo está en buenas manos, y deja de ser una preocupación, cediendo paulatinamente la gestión del mismo a la persona que ata.
Esta cesión de gestión incrementa la asimetría entre ambos, lo que ayuda a construir un contexto erótico más sólido.
Balance
Para entender esta técnica, tenemos que visualizar el balance como un sistema de coordenadas tridimensional, el clásico gráfico de tres ejes.
Así, cuando un cuerpo está en balance, su «eje» se alineará con este gráfico. Obviamente, este eje no es algo físico, son una serie de valores y referencias que toma nuestra mente y asigna a la situación de balance.
Nuevamente, se trata de un esquema mental; el cerebro "toma una instantánea" y la mantiene hasta que la situación varía lo suficiente como para que no sea factible sostenerla.
A modo de ejemplo: Es común estar sentado en un vehículo, automóvil o tren, absorto en los propios pensamientos, y percibir que se pone en movimiento. Pero cuando nos fijamos, lo que se está moviendo es el vehículo que estaba al lado y vemos por la ventanilla cómo se aleja.
Vectores de Fuerza y Energía
Esta es la técnica que estudiamos como "sankaku", o teoría del triángulo.
El concepto "vector" se emplea habitualmente en las artes marciales, pero también en la física.
En esta técnica vamos a combinar ambos enfoques y entender el vector como una forma de representar la energía aplicada, que tendrá magnitud (intensidad), dirección (trayectoria) y capacidad de generar desplazamiento (sentido).
Contando además con un punto de aplicación que, al mismo tiempo, es un punto de recepción, dependiendo de si lo vemos desde la óptica de la persona que ata o ejecuta la técnica, y la persona atada, que es quien recibe la técnica.
Con energía no nos referimos a nada místico, sino a la inercia a la que está sujeto todo cuerpo en movimiento.
Por fuerza no debe entenderse nunca fuerza física.
Precisamente esta técnica no funciona si se emplea la fuerza física. Fuerza se refiere aquí a las energías que actúan sobre un cuerpo para moverlo, desde la generada por su propia musculatura, hasta la propia fuerza de la gravedad.
Y nuevamente, es algo que debemos visualizar en un gráfico de tres ejes.
Mapa Mental
Anteriormente, comentamos que el balance es un "esquema mental". Por lo que vamos a aprovecharnos de este esquema para engañar al cerebro.
Esto es importante: una persona no ejecutará un movimiento que no tiene en sus mapas mentales previamente. Es decir, los movimientos conviene practicarlos antes de llevarlos al juego.
¿Qué Sucede en el Vídeo?
Partiendo ambos de una postura de balance, se establece una conexión entre las articulaciones sacroilíaca y esternoclavicular.
Para establecer esta conexión, es necesario aplicar presión, y una buena forma de hacerlo es con las manos, colocando una sobre cada articulación.
En este punto, el feedback de la persona atada es clave, tanto para identificar adecuadamente dónde está situada cada una de las articulaciones y actuar sobre el punto preciso (unos centímetros de deriva privan a la técnica de eficacia), como para determinar la presión que debemos aplicar con las manos.
Es un ejercicio nuevo para ambos, por lo que debemos ayudarnos y guiarnos mutuamente.
Lo que la persona atada debe notar es que, si activa su cuerpo con esta presión sobre sus articulaciones, puede, por así decir, conectar ambas, enviar fuerza de una a otra, crear un circuito cinético.
Una vez establecido ese circuito, la persona que ata-maneja tiene que probar a desplazar el cuerpo de la otra parte como si de un bloque se tratase.
Para ello puede usar dos técnicas: reducir o aumentar levemente la presión que ejerce una de las manos. Es importante que la distancia entre las manos se mantenga, y cuando el cuerpo manejado se mueve, se muevan con él.
El objetivo no es tanto lograr hacer un recorrido o grandes desplazamientos, sino que la persona manejada entienda cómo estos circuitos se forman en su cuerpo y, respondiendo de forma activa, pueda aprovecharlos.
Esta identificación de los circuitos cinéticos es necesaria para, más adelante, poder poner en práctica con seguridad formas y figuras estilo gote o takate kote.