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SHIBARI DOJO | YAGAMI RYU | #MSAFE

Fuchin es una de las técnicas clave del Yagami Ryu para la gestión del movimiento del cuerpo de la persona atada.

Su traducción literal es “arriba y abajo”, también flujo y reflujo, como la marea. Esto es, una fuerza que va y viene.

Fuchin según Yagami Ren

Haremos una primera aproximación a la técnica desde un vídeo de Yagami Ren, en el que intenta explicarla.

Opinión personal: Creo que con Fuchin, Yagami Ren encuentra problemas para explicarla adecuadamente, especialmente al público occidental. Intenta simplificarla por medio de un ejercicio que ni queda claro ni tiene mucho sentido.

Pero veamos primero el vídeo.



Aunque Yagami Ren varía periódicamente la definición, grafía y explicación de las técnicas—sobre todo cuando no tiene claro cómo explicarlas—, podemos resumir su presentación en que esta técnica de gestión del cuerpo se basa en los reflejos de flexión y extensión, que son respuestas automáticas del cuerpo diseñadas para proteger su integridad.

Qué son los reflejos de flexión y extensión

El reflejo de flexión es aquel que contrae los músculos para alejarnos de una fuente de peligro.

Un ejemplo común es cuando tocamos una superficie caliente con la mano; este reflejo hace que la retiremos rápidamente para evitar quemaduras. Para lograrlo, los músculos se contraen de inmediato.

Es importante destacar que estos movimientos automáticos son mucho más rápidos—hasta 30 veces más rápidos—que los movimientos que realizamos de manera consciente después de pensar en ellos.

El reflejo de extensión es el opuesto al reflejo de flexión. Un ejemplo: cuando estamos realizando una actividad, como caminar, y de repente resbalamos, el cuerpo reacciona extendiendo las piernas y los brazos para evitar una caída.

Ambos reflejos, tanto el de flexión como el de extensión, funcionan de manera automática y rápida, sin dar tiempo a pensar en una alternativa.

En el shibari, la técnica de Fuchin aprovecha estos reflejos para manipular el cuerpo de la persona atada, utilizando estas respuestas automáticas para gestionar los movimientos.

El reflejo en sí dura una fracción de segundo, nada más. Hay que estar muy atento. Identificar el instante preciso es una habilidad que permitirá a la persona que ata guiar la sesión de forma fluida, ajustando sus tiempos y acciones a las reacciones de la persona atada.

No es una técnica que se aplique de forma aislada, en cualquier situación o para cualquier propósito. Debe integrarse dentro de la dinámica de la sesión y hacerlo de manera que no se note que la estás utilizando (urawaza).

Ese movimiento fluido y coordinado es la base de la comunicación no verbal. Cuando lo logres, estarás comenzando a entender y hablar el lenguaje del cuerpo.

Objeciones a esta explicación

Para empezar, debemos entender que la explicación de Yagami Ren proviene de su experiencia y conocimiento adquiridos con la práctica del aikido. De ahí el extraño ejercicio que propone en el vídeo.

Y sí, es cierto que los reflejos y ciertos «automatismos» del movimiento son recursos empleados en esta técnica, pero no de la forma en que él lo plantea. No funcionan así.

Son reacciones demasiado rápidas como para que la persona que ata pueda emplearlas para generar un movimiento controlado.

Como instructores comprometidos con nuestros alumnos y con transmitir en nuestras clases la información más ajustada a la realidad, siempre advertiremos cuando se presente alguna inexactitud de este tipo.

Y esto ocurrirá más de una o dos veces, ya que, por desgracia, la teoría y técnica «oficial» del Yagami Ryu tiene lagunas y conceptos no solo obsoletos—como en el caso de algunas técnicas de cuerpo—, sino que, en ciertas áreas, como la neurología y la psicología, son erróneos y han sido totalmente desechados por la ciencia.

En Shibari Dojo, no basamos la formación únicamente en nuestros propios conocimientos, sino que también los contrastamos con profesionales e investigadores en cada uno de los campos y áreas que tratamos.

Esto nos lleva, en ocasiones, a autocorregirnos, revisarnos continuamente e incluso discrepar con nuestro maestro.

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