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Curso Online de Shibari Erótico en Español
SHIBARI DOJO | YAGAMI RYU | #MSAFE

En esta clase nos centraremos en la 'Teoría del Triángulo', que forma la base de las técnicas de restricción en este estilo de shibari.

El nombre ya nos da algunas pistas sobre su naturaleza.

Se trata de una técnica de control o restricción, que implica la construcción (imaginaria) de "triángulos" (sankaku) a partir de la posición del cuerpo o de un punto de sujeción (tetori).

En shibari, utilizaremos esta técnica de forma recurrente para establecer restricciones anatómicas. Aunque su uso más frecuente sea llevar los brazos hacia atrás de la persona atada, debéis tener en cuenta que no se limita a este movimiento.

Involucra la manipulación de las articulaciones y el control sobre el equilibrio tanto de la persona que la recibe como de quien la ejecuta, utilizando kote tori para establecer el primer triángulo desde el cual bloquear o controlar.

Aprovechamos el equilibrio y la fuerza de la persona atada para manejarla mediante movimientos circulares y fluidos. Se inspira en técnicas de proyección empleadas en artes marciales.

Aunque tenga sus raíces en las artes marciales, en ningún caso debe entenderse como una forma de enfrentamiento, ni mucho menos de imposición de la voluntad de quien ata sobre la persona atada.

Al contrario, es una herramienta para la gestión, para transmitir a la persona atada la intención de quien la va a atar, al tiempo que escucha su reacción y adapta su técnica para conducir la sesión de forma armónica y sin rupturas.

El Triángulo

La forma geométrica del triángulo es clave en este caso.

Su estructura es altamente eficiente para la distribución de fuerzas, ya que reparte las cargas de forma equitativa y proporcional a la longitud de sus lados y ángulos.

Mediante la trigonometría, podemos prever y gestionar movimientos a partir de vectores de fuerza que confluyen y generan, precisamente, un triángulo (como en el billar).

Cuanto más cerrado sea el triángulo, más tenderá al equilibrio; cuanto más abierto, más tendencia tendrá al movimiento.

Para mover un triángulo, lo rotaremos sobre uno de sus vértices, aplicando movimientos circulares.

Visualizad una escuadra o cartabón. Si la apoyamos sobre uno de sus lados, será posible moverla, pero toda esa superficie ejerce resistencia. Ahora cambiamos el punto de apoyo a uno de sus vértices. Si aplicamos un movimiento lineal, será más fácil moverlo (menos superficie de contacto), pero si aplicamos un movimiento circular, rotará sin esfuerzo sobre el vértice, pasando de ser una forma plana triangular a una esfera tridimensional.

Restricción Anatómica

Si observamos la estructura y biomecánica del cuerpo humano, por cómo están diseñadas las articulaciones y nuestra condición de bípedos, utilizar "triángulos" es la forma más eficaz para establecer restricciones anatómicas.

Cuantos más "triángulos" se formen, mayor será la restricción. Ojo: mayor restricción no tiene que ver con un mayor número de grados de giro aplicados a la articulación, ya que eso suele acabar en luxación.

Con "más triángulos" nos referimos a puntos de inflexión. Con un ejemplo se visualiza mejor.

T.1 → Dos personas de pie, una al lado de la otra. La primera agarra el antebrazo de la otra, formando un triángulo entre el punto de agarre y sus respectivos hombros externos. Este es un grado de restricción.
T.2 → La persona que agarra voltea hacia atrás el brazo de la otra, estableciendo un segundo triángulo entre el punto de agarre, la articulación del hombro y las escápulas. Mayor grado de restricción.
T.3 → Desde esa posición, flexiona la muñeca, llevando el dorso de la mano hacia el propio antebrazo, creando un tercer triángulo y aumentando aún más la restricción.
T.4 → Con todas las articulaciones relacionadas hasta ahora en su rango máximo, la persona que aplica la restricción continúa el movimiento de la muñeca (ya en su límite) pero con el dedo anular de la otra persona, llevándolo a su límite y estableciendo un nuevo triángulo mientras amplía la potencia de la restricción.
Es importante observar que, paso a paso, ángulo tras ángulo, la persona que ejerce la restricción requiere menos fuerza para mantenerla.

El ejemplo anterior es simplemente ilustrativo, normalmente, en shibari erótico no necesitaremos tantos ángulos, ni aplicar restricciones tan intensas.

Estabilidad Articular

Para que una restricción anatómica sea eficiente y segura, debemos garantizar que las articulaciones implicadas puedan mantenerse estables.

Esto significa que la musculatura asociada ha de mantener las estructuras óseas en su sitio, actuando en su rango activo.

Si sobrepasamos el rango activo y entramos en el rango pasivo, al aplicar fuerzas sobre el cuerpo en restricción, no serán los músculos los que gestionen las cargas, sino que estas pasarán a los tendones primero, luego a los ligamentos y finalmente a las estructuras óseas.

Pequeñas cargas asumidas por los tejidos blandos (tendones, ligamentos, cartílagos, huesos) no pasan de ser molestias más o menos soportables, pero a medida que estas cargas aumentan o se repiten, el riesgo de lesión se incrementa exponencialmente.

Por seguridad, al establecer una restricción anatómica en un juego erótico, debemos evitar replicar posturas que vemos en fotos y entender cuál es el rango activo de la persona que va a estar en restricción, para manejarnos dentro de sus límites de seguridad.

Nota:
Durante el ciclo menstrual, la segregación de elastina por el cuerpo de la mujer varía, por lo que habrá días de mayor flexibilidad que otros.
Esto no es beneficioso, ya que se trata de flexibilidad sin movilidad asociada, es decir, sin control. Por ello, en esos días se incrementa la dificultad para estabilizar las articulaciones y, con ello, los riesgos.

Este estilo de shibari requiere de la persona atada una participación «activa». Ser consciente de su cuerpo, de su posición. Responder con su cuerpo al manejo que la persona que ata hace de él no solo mejorará su experiencia, sino que también aportará seguridad y fluidez a la sesión.

Con "responder" no nos referimos a tensarse, bloquear o oponer resistencia, sino simplemente a mantener una activación que permita al cuerpo reaccionar de forma apropiada y proporcional.

¿Por dónde empezar? Y el primer error

No existe en shibari una regla canónica que indique por dónde empezar la restricción. Pero si nos fijamos en la anatomía funcional humana, veremos que en el momento en que no podemos usar las manos, nos vemos bastante limitados.

No en vano, llevar los brazos atrás es una de las formas más comunes de restricción. Es la que utilizan los cuerpos de seguridad habitualmente con los detenidos.

Un error terrible que hemos visto mil veces, independientemente del grado de experiencia, es que la persona atada coloca ambos brazos atrás por sí misma y quien ata llega y hace un amarre.

Llevar los brazos atrás y colocarlos en la clásica postura de caja que vemos en las fotos es un error.

Muy pocas personas con "cuerpos occidentales" pueden estabilizar las articulaciones escapulo-claviculares (hombro) en esa posición. Esto se traduce en que no pueden mantener la activación de los brazos en dicha postura.

Desde el punto de vista de la gestión, la persona que ata poco o nada está gestionando en este movimiento.

Por cierto, quien ata no debe descuidar en ningún momento su postura.

Sin una postura de equilibrio, la gestión del cuerpo de la persona atada será una tarea poco eficiente.

Visualizar, comprender y aplicar la triangulación a los cuerpos y energías implicados en cada acción es la clave técnica para conseguir restricciones eficientes y seguras.

Hay que aprovechar los “triángulos” que se forman, o crearlos para facilitar la tarea. Visualizar el triángulo e identificar el vértice sobre el que rotará.

Movimientos Circulares

Otro de los principales malos hábitos de los estudiantes de shibari suele ser hacer movimientos lineales. Líneas y ángulos rectos.

Cuando aplicamos una restricción, como norma general, los movimientos deben ser circulares. El triángulo rota sobre uno de sus vértices.

Los movimientos que efectuemos en la restricción anatómica los representamos con la forma del círculo, ya que en su mayoría son movimientos circulares, al tener el cuerpo precisamente esa movilidad en las articulaciones de codo y cadera.

Más Geometría

Los cuerpos humanos no son formas geométricas puras. Todos tienen una asimetría y una dirección.

Cada uno tiene sus peculiaridades. Identificar esto es muy útil a la hora de plantear cómo restringir anatómicamente a una persona en particular en un momento concreto.

No son las cuerdas

Recordemos que la restricción es anatómica y activa. Las cuerdas no se utilizan para generar restricción, sino que se aplican sobre la restricción ya establecida para afianzarla y fijarla, y así poder usar las manos para otras cosas.

Todas las restricciones que empleamos en shibari se fundamentan en usar la anatomía de la persona atada para limitar su capacidad de gestión sobre su propia conducta.

Es decir, no buscamos una inmovilidad total, como si fuera una estatua de mármol, sino que no pueda gestionar recursos en lo referente a su conducta.

La restricción debe adaptarse al cuerpo de la persona atada. Las técnicas que enseñamos son válidas para todos los cuerpos.

Si le pedimos un movimiento al cuerpo, este hará lo posible por dárnoslo. En caso de no poder hacerlo activamente, recurrirá a los tendones y ligamentos para sostener esa posición.

Debido a esto, es importante ir progresando poco a poco en las restricciones, dejando que el cuerpo se adapte y vaya comprendiendo cómo tiene que responder, a la vez que lo ayudamos mediante la activación muscular y el refuerzo con las cuerdas.

Dentro del contexto erótico, estaríamos cometiendo un gran error si entendemos la restricción como el fin del shibari.

Se trata de una parte, de un requisito mediante el cual desarrollaremos nuestra erótica. Por eso, es importante aplicar técnicas sencillas y eficaces para que no se conviertan en el grueso de la sesión.

¿Por qué nos complicamos tanto la vida y no usamos directamente algún elemento físico, como esposas, cinta aislante o un cepo?

Cuando empleamos elementos físicos externos en la restricción, no estamos requiriendo activación en el cuerpo de la persona inmovilizada. No lo necesita, por lo que nos encontramos en una situación similar a la que vimos previamente al referirnos a la propia voluntad de la persona atada como elemento de restricción.

Al emplear una restricción anatómica, forzamos al cuerpo restringido a mantener la activación muscular.

La activación muscular en ambos partícipes es necesaria para mantener la tensión, establecer un canal de comunicación, activar la estimulación…

En resumen, para gestionar el deseo.

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