Esta clase se dedica a explicar cómo se entiende el uso de formas, figuras y patrones en sekibaku, así como la metodología que seguiremos en las clases para mostrar las figuras básicas del estilo.
En sekibaku, a diferencia de otros estilos, no se utilizan patrones o figuras cerradas. Es decir, aquí no hay un "takate kote yagami ren", sino que cada persona, cada usuario, crea sus propias formas y figuras combinando las técnicas fundamentales a medida que se adapta a las peculiaridades de la sesión y, en especial, de la persona con la que está haciendo shibari.
Esto tiene una razón de ser. Sekibaku es un estilo, un conjunto de técnicas y herramientas estructuradas con un propósito claro: buscar la satisfacción del deseo erótico.
Por definición, el deseo erótico es variable; no se dan dos veces las mismas situaciones, y si nos empeñamos en repetir esquemas, a medio plazo perderán efectividad, por muy exitosos que hayan sido en ocasiones previas.
Es importante diferenciar los momentos de «juego» o interacción erótica de aquellos en los que practicamos o estudiamos la técnica. En el estudio sí que empleamos figuras o, para nombrarlas con más precisión, katas.
El término "kata" hace referencia a la serie de movimientos establecidos que se emplean para practicar una técnica.
Así, las cinco formas básicas que vamos a ver en este módulo no son más que ejercicios para aplicar y practicar las técnicas y fundamentos que hemos ido viendo durante el curso.
Es crucial tener claros estos conocimientos previos y cierta soltura en las técnicas requeridas. Sin una buena base, no será posible llevar a cabo los ejercicios de forma adecuada.
La elección de estas cinco formas, y no de otras, responde a criterios pedagógicos y prácticos. Son relativamente sencillas, se pueden ejecutar rápidamente. No tienen demasiados «pasos», por lo que se pueden memorizar y mecanizar con facilidad, y, sobre todo, la clave en todas ellas es la correcta aplicación de las bases y fundamentos.
5 Formas Básicas
En el primer nivel del Yagami Ryu se trabajan estas cinco formas. Debemos entenderlas como katas y no como figuras, ya que se trata de aplicaciones de la técnica que, bien entendidas, nos permitirán adaptarlas a cualquier persona.
La adaptación es clave; quien ata debe adaptarse a la persona atada, a su condición física, a su estado anímico, así como al momento y al devenir de la sesión.
Buscamos respuestas; no queremos llegar a ningún lugar concreto, no hay un objetivo predefinido. Tenemos que fluir y aplicar la técnica adecuada en cada momento.
Por lo tanto, en sekibaku no buscamos reproducir una figura con las cuerdas. Buscamos respuestas, exponer deseos y mostrar la faceta emocional más íntima, tanto de la persona atada como de la persona que ata.
Esto es muy importante: en sekibaku, ambas partes, quien ata y quien es atado, participan de forma activa y están en un mismo plano.
Cuando una persona comienza a estudiar este estilo tiene mucho trabajo por delante. Hay que comprender conceptos e ideas, desarrollar habilidades físicas, y, además, es necesario un trabajo interno, de autoanálisis, de conocimiento y aceptación. Hay que aprender a escuchar a la otra persona y a uno mismo.
Por eso, en un primer momento no se estudian todas las técnicas (5x5x5), sería demasiado.
El objetivo es que primero comprendas lo que estás haciendo, luego que aprendas a hacerlo correctamente, para posteriormente poder aplicarlo creando algo propio y hermoso.
La belleza no es opcional.
Las cinco formas básicas son:
- 古傳 koden shibari
- 返縄 kaeshinawa shibari
- 壱本縛 ippon shibari
- 脇晒し wakizarashi
- 門傳 kannuki shibari
Son aplicaciones técnicas que tratan sobre la forma de usar el cuerpo. Son las cinco maneras más simples y básicas de atar.
En general, se trata de restricciones en las que se trabaja la activación del cuerpo de diferentes maneras. Sobre ellas se aplican cuerdas para consolidar la restricción y aumentar la excitación.
Estética y Técnica
Cuando practicas las formas no debes quedarte simplemente en la repetición de movimientos o pasos; debes analizar los procesos implícitos en lo que estás haciendo.
En el estudio de las artes marciales, suelen compararse las katas con un jardín. Lo que vemos a primera vista son las plantas con sus flores, todo muy bonito. Esto es la estética.
Fijarse en la estética está muy bien, y más aún en el shibari, donde la estética es importante. Pero solo es la superficie. Si no escarbas en el suelo, bajo las plantas, no estarás apreciando la auténtica riqueza de ese jardín, o en este caso, de la técnica.
Bajo la estética se encuentra la técnica, y cuando aplicamos técnicas (jutsu) no debemos conformarnos con repetirlas como autómatas, sin pensar.
Para apreciar su verdadero valor, hay que desmenuzarlas, analizar cada movimiento, su efecto, buscar posibles variaciones, probarlas en un ángulo y en otro diferente. En resumen, hay que escarbar en el sustrato técnico para descubrir todo lo que nos puede aportar a nuestra vivencia.
Proceso para la Práctica
Este proceso puede aplicarse a todas las formas que veremos en este curso.
Es un método sencillo, pero lento. Y es la manera de comprender y entender cada uno de los movimientos.
Practiquemos siempre los "pasos" uno a uno, y cuando tengamos soltura en el primer paso, añadimos el siguiente.
Sin prisa. Con la repetición ganaremos velocidad y destreza, pero el objetivo primario de la práctica es comprender la técnica, no construir figuras.
Para esa comprensión, la comunicación entre la persona que ata y la persona atada es necesaria.
Esto es una práctica, por lo que, cuando decimos comunicación, nos referimos a hablar, a comentar las sensaciones de forma activa y positiva. Evitemos la crítica negativa. Estamos aprendiendo, no presumiendo.
Para afrontar cada paso de la forma, es buena idea seguir este orden:
1º Pensar
Antes de lanzarnos a construir la forma, detengámonos a pensar. ¿Qué queremos conseguir? ¿Cómo lo vamos a hacer en la situación actual? Analicemos y valoremos opciones.
2º Visualizar
Antes de iniciar el movimiento, visualicemos mentalmente lo que vamos a hacer. Se trata de ordenar y secuenciar los pensamientos del paso anterior.
3º Ejecutar
Contrasta tu pensamiento y visualización con la realidad. Es posible que no se pueda poner en práctica, que la movilidad, la posición o un error de cálculo te obliguen a cambiar tu enfoque.
Eso es bueno, al menos si te sirve para mejorar tus estimaciones y visualizaciones, y, sobre todo, si lo aprovechas para aprender a adaptar tu aplicación de la técnica sin apartarte de tu intención inicial.
Previo a la Práctica
Practicar estas formas es exigente para el cuerpo, especialmente para la persona atada. Por lo tanto, cuando estéis en modo práctica, es conveniente hacer algún tipo de ejercicio de calentamiento o preparación previa.
Para las personas atadas, recomendamos trabajar especialmente los subescapulares y los hombros.
Para las personas que atan, la recomendación suele ser preparar la parte superior del cuerpo: tronco, hombros, brazos, cuello, cabeza, etc.
Importante: ambas personas han de estar en una posición de balance y utilizar su cuerpo de forma activa para reforzar la aplicación de la técnica.