El rango dinámico será clave a la hora de establecer una restricción anatómica.
Cuando hablamos de rango dinámico, nos referimos al grado de movimiento que puede realizar una articulación de forma activa, desde su posición neutra hasta su límite máximo.
Encontraréis información más extensa sobre este concepto en el tema "Movilidad" (enlace a pie de página).
En esta guía, veremos con un ejercicio práctico la diferencia entre construir una restricción anatómica en rango activo frente a hacerlo en rango pasivo.
Entender este concepto y conocer cómo manejarlo, adaptándonos al rango de cada persona, es necesario para poder poner en práctica más adelante la técnica de "Tetori Sankaku" (手取三角), que es la que se utiliza para llevar los brazos atrás en formas tipo gote, por ejemplo.
Importante: Cada persona, en cada articulación, tendrá su propio rango dinámico. Además, este varía de un día a otro o incluso dentro de un mismo ejercicio, a medida que el cuerpo "entra en calor" y la musculatura asociada se activa.
El ciclo menstrual también afecta al rango dinámico: en determinados días del ciclo (fase folicular) habrá mayor movilidad, pero también mayor dificultad para estabilizar las articulaciones.
Como en todos los ejercicios, os recomendamos que los practiquéis desde ambos roles.
Ejercicio práctico
El ejercicio consta de tres partes. La primera es identificar el rango activo.
Para ello, llevaremos un brazo (solo uno) hacia atrás, hasta donde podamos moverlo de forma activa, es decir, con la musculatura del brazo activada (esto se puede verificar fácilmente tocando la musculatura).
Cuidado con no emplear otras partes del cuerpo para este movimiento. NO SE TRATA DE LLEGAR A NINGÚN SITIO. Se trata de ver cuál es el rango dinámico activo.
Buscamos nuestros límites para mantenernos dentro de ellos y aumentar la seguridad de la práctica, no para superarlos.
Segunda parte: apoyo externo
Una vez identificado el rango activo, pasamos a la segunda parte del ejercicio.
La otra persona debe dar apoyo en la parte alta del antebrazo, en la línea del meñique.
Solo apoyo, sin agarrar ni empujar.
Quien está en rango activo debe poder hacer fuerza contra este apoyo, como si fuese a hacer una plancha de antebrazo.
Y al hacerlo debería notar cómo también se activa la musculatura frontal y lateral del cuerpo.
Quien ofrece apoyo debe notar la activación y cierta presión. No es un pulso, no empleéis toda vuestra fuerza.
Aquí la clave es sentir esa activación, la sensación de ofrecer apoyo por un lado y apoyarse por el otro.
Identificar cuándo el cuerpo de la persona atada está en activación muscular y dentro del rango dinámico es una de las habilidades que la persona que ata debe cultivar. Y que quien es atado debe dominar, ya que es la integridad de su cuerpo la que está en juego.
Probad un rato el apoyo y cómo se siente. Descansad unos minutos antes de pasar a la tercera parte del ejercicio.
Tercera parte: aplicación de fuerza
En esta parte repetimos el proceso, pero ahora la persona que maneja (ata) debe aplicar un poco de fuerza hacia arriba y observar la reacción en el conjunto del cuerpo de la otra persona.
Indicamos siempre hacer primero un movimiento hacia arriba, ya que es más sencillo y los efectos son más visibles. Cuando os sintáis cómodos con ese movimiento probad a incorporar otros. Es como bailar.
Si la activación es correcta y el brazo se mantenía dentro del rango activo del hombro, el cuerpo se elevará en bloque.
Si la activación no era correcta, solo se elevará el hombro hacia el que aplicamos fuerza y el cuerpo tenderá a retorcerse.
⚠ Precaución: Si al aplicar fuerza detectáis que no hay activación, la articulación no estará protegida y podríais haceros daño. Deteneos inmediatamente.
Claves anatómicas a observar
- La postura debe ser neutra.
- La pelvis debe estar neutra, ni adelantada ni atrasada.
- Los pies deben estar separados al ancho de la cadera y apuntando hacia adelante.
- Las rodillas no deben estar bloqueadas ni agarrotadas; si es así, aplicar una leve flexión.
- Las costillas no deben sobresalir por delante de la cadera.
- La escápula del lado del brazo que estamos utilizando debe estar aplanada, pegada a la espalda, nunca separada.
- Intentar flexionar el codo suele provocar desactivación muscular y que la articulación entre en rango pasivo.