La práctica efectiva de sekibaku requiere que las técnicas se realicen sin causar dolor, asegurando que los métodos sean aplicados de manera segura y armoniosa.
A lo largo del curso hemos reiterado que el dolor no es compatible con la aplicación de las técnicas propias del sekibaku. Detallemos esta afirmación.
Partimos de la activación muscular, una técncia que emplearemos tanto para afianzar la restricción como para aumentar la estimulación.
Como mecanismo de defensa evolutivo, la musculatura se desactiva al sentir dolor. Es una forma de evitar daños mayores, ya que el dolor actúa como una alarma ante la posibilidad de un daño severo.
Si estamos ejecutando una restricción anatómica y el dolor desactiva los músculos, la zona entrará en rango pasivo. La restricción mantendrá su funcionalidad, pero a partir de ese momento todas las fuerzas, todas las cargas y energías que apliquemos, incluso las propias de mantener la postura, serán gestionadas por los tejidos blancos en lugar de los músculos.
Esto entraña un serio riesgo de daño a dichos tejidos. No tiene que haber una lesión necesariamente. Posiblemente, no tengamos más que una molestia, o quizás ni eso. Pero los tejidos blancos no están diseñados para soportar cargas, por lo que les estaremos causando daño.
Un daño que es acumulativo. Y si queremos mantener en el tiempo la práctica del shibari, y disfrutar de ella durante años, debemos evitar dañar nuestro cuerpo.
La otra faceta, significativa si hablamos de la vivencia erótica es que la desactivación muscular reducirá la intensidad de las sensaciones y por ende la capacidad de estimular a la persona atada.
Esto no es un impedimento, simplemente algo que debemos tener en cuenta. No supondrá un corte, ni una interrupción por si mismo, pero si debido a la falta de activación aparecen molestias deberíamos replantear la atadura, recuperar la activación y adecuar el ritmo al momento.
Prácticas Sadomasoquistas y Shibari
¿Qué ocurre si nos gustan las prácticas sm y queremos integrarlas en el shibari?
La mayor parte de estas practicas incluyen dolor en mayor o menor medida. Lo que es poco compatible con el esquema del deseo que empleamos en sekibaku.
Debido a que la erótica de cada persona es única y cada interacción también es única, no es posible facilitar un método universal para fusionar sekibaku y sadomasoquismo, pero si podemos facilitaros algunas pautas para llevar a cabo un shibari seguro y satisfactorio:
- A mayor intensidad en el juego, menor complicación en la restricción y las cuerdas aplicadas. Las técnicas de gestión y manipulación del cuerpo siempre son útiles y funcionales. La restricción y las ataduras complejas pueden suponer una complicación si las combinamos con juegos de dolor, por lo que requeriran un mayor dominio de la técnica.
- La aplicación de cástigos físicos puede integrarse en el esquema del deseo, pero también puede suponer la consecuión del mismo, y por lo tanto interrumpir la secuencia que seguimos para gestionar la sesión.
- No mezclar las técnicas,.