Lección 3: Gestión y Manejo en el Yagami Ryu

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Fuchin (浮沈) | Shibari Dojo - Formación Online

El shibari es sutileza antes que fuerza; la belleza y la armonía no estarán presentes si no hacemos un uso eficiente de nuestros cuerpos y energías, tanto quien ata como quien es atado.

El Cuerpo Humano está Diseñado para Moverse

Unido a Fuchin está el concepto "inducir el movimiento", por el cual se inicia o provoca el movimiento en la persona atada de forma intencionada y controlada.

Ambos conceptos son claves. El movimiento ha de ser intencionado y controlado. Esto es cuando se mueve a la persona atada, ha de ser del punto A al punto B en un tiempo y a una velocidad controladas por la persona atada.

Dependiendo de la técnica empleada, la metodología variará, pero en todos los casos trabajaremos con la idea de que el cuerpo quiere moverse, todos los movimientos están pre programados, por así decirlo.

Con lo que, si proporcionamos las claves e instrucciones adecuadas, el cuerpo ejecutará el movimiento por sí mismo de forma fluida y anatómicamente armoniosa.

El shibari es sutileza antes que fuerza; la belleza y la armonía no estarán presentes si no hacemos un uso eficiente de nuestros cuerpos y energías, tanto quien ata como quien es atado.

No necesitamos “mover” o desplazar a la persona atada, basta con iniciar el movimiento. Si sabemos cómo hacerlo, su cuerpo completará el movimiento por sí mismo.

Explicación Técnica

Analicemos desde la biomecánica la técnica de Fuchin. Desde este enfoque, lo que haremos es combinar usando conjuntamente los siguientes elementos.

  • Postura anatómica.
  • Activación muscular.
  • Balance.
  • Vectores de fuerza y energía.
  • Mapa mental (brainmap).

Postura anatómica

Esta es la técnica que llamamos "shisei" en las primeras lecciones del curso.

Para que la persona que ata pueda inducir y, sobre todo gestionar el movimiento de la persona atada, ambas deben estar en una postura anatómicamente neutra y, por lo tanto, estable.

Si uno de los dos no tiene una buena postura no será posible un movimiento fluido y orgánico, será torpe, inconexo e incontrolado.

La ventaja que nos aporta un movimiento fluido no es solamente estética, que ciertamente, se ve mucho mejor.

Es que también se siente mejor. Ambos sienten que el movimiento es natural, sin que interrumpa el transcurso de la sesión.

De esta forma, la persona atada asume, por así decir, que su cuerpo está en buenas manos, y deja de ser una preocupación, cediendo paulatinamente la gestión del mismo a la persona que ata.

Esta cesión de gestión, incrementa la asimetría entre ambos, lo que ayuda a construir un contexto erótico más sólido.

Tensión

Balance y Desbalance

Para entender esta técnica, tenemos que visualizar el balance como un sistema de coordenadas tridimensional, el clásico gráfico de tres ejes.

Así, cuando un cuerpo está en balance, su «eje» se alineará con este gráfico. Obviamente, este eje no es algo físico, son una serie de valores y referencias que toma nuestra mente y asigna a la situación de balance.

Nuevamente, se trata de un esquema mental, el cerebro "toma una instantánea" y la mantiene hasta que la situación varía lo suficiente como para que no sea factible sostenerla.

A modo de ejemplo: Es común estar sentado en un vehículo, automóvil o tren, absorto en los propios pensamiento, y percibir que se pone en movimiento. Pero cuando nos fijamos, lo que se está moviendo es el vehículo que estaba al lado y vemos por la ventanilla como se aleja.

Vectores de fuerza y energía

Esta es la técnica que estudiamos como "sankaku", o teoría del triángulo.

El concepto "vector" se emplea habitualmente en las artes marciales, pero también en la física. En esta técnica vamos a combinar ambos enfoques.

Con energía no nos referimos a nada místico, sino a la inercia a la que está sujeto todo cuerpo en movimiento.

Por fuerza no debe entenderse nunca fuerza física. Precisamente esta técnica no funciona si se emplea la fuerza física. Fuerza se refiere aquí a las energías que actúan sobre un cuerpo para moverlo, desde la generada por su propia musculatura, hasta la propia fuerza de la gravedad.

Y nuevamente, es algo que debemos visualizar en un gráfico de tres ejes.

Mapa mental

Anteriormente, comentamos que el balance es un "esquema mental". Por lo que vamos a aprovecharnos de este esquema para engañar al cerebro.

Juntando todo lo visto hasta ahora, visualicemos a la persona atada en un gráfico de tres ejes, su balance

¿Qué mostramos en este vídeo?

En este vídeo, exploramos Fuchin, la técnica básica del Yagami Ryu para el manejo del cuerpo. Fuchin combina elementos como el balance, el mapa mental que nuestro cerebro crea con movimientos preasignados y las simetrías entre las articulaciones.

Comencemos identificando dos puntos clave para el movimiento del cuerpo:

  • La articulación esternoclavicular.
  • La articulación sacroilíaca.

Ambas articulaciones tienen la misma función: mantener el balance, una en la parte superior del cuerpo y otra en la inferior.

Ahora, visualicemos un vector que conecta estas dos articulaciones. Es importante tener en mente este vector.

Si conectamos ambos puntos, por ejemplo, utilizando nuestras manos como mostramos en el vídeo, sin aplicar fuerza, podemos gestionar el cuerpo de la persona atada con facilidad. Sin embargo, esta posición puede resultar algo incómoda, ¿verdad?

En cambio, si utilizamos la cuerda para conectar ambos puntos —por ejemplo, a través de un gote que toca la zona del esternón y, mediante la activación muscular de los antebrazos, «tira» de la musculatura que llega a la región sacroilíaca—, podemos lograr el mismo control.

Al aplicar un movimiento circular de manera que el vector visualizado anteriormente forme una tangente con ese círculo, podremos mover el cuerpo de la persona atada con facilidad, sin esfuerzo.

Lo más interesante es que este movimiento no proviene de la energía cinética de quien ata, sino de la persona atada.

«Engañado» por su cerebro, su cuerpo ejecuta de forma natural el movimiento para «conservar el equilibrio».

No es que la persona atada esté perdiendo el equilibrio, pero su cerebro percibe un desplazamiento en la dirección del vector. Es algo similar a la sensación que tenemos en un vehículo cuando parece que nos movemos, pero en realidad es el vehículo de al lado el que lo hace.

Para que esta gestión sea fluida y los movimientos se mantengan orgánicos, ambas personas deben estar en una posición de balance y utilizar su core.

El vídeo finaliza con un ejemplo en el que, partiendo de una posición con las piernas cruzadas, quien ata debe «dar tiempo» a la persona atada para modificar su postura y salir de ella.

Dar tiempo es una medida delicada: si prolongamos demasiado la pausa, se rompe el flujo del movimiento; si vamos demasiado rápido, la persona atada podría tropezar y salirse del contexto erótico.