En el shibari son habituales expresiones tipo "comunicación no verbal", o "hablar con la cuerda", en esta clase profundizamos en el conocimiento de herramientas y técnicas que nos permitirán construir un diálogo no verbalizado durante la sesión.
Premisa
Incluso cuando nos expresamos verbalmente, es frecuente la interpretación errónea, la confusión o el malentendido. No hace falta ser un lumbreras para deducir entonces, que en todo lo que sea "comunicación no verbal", no será fácil transmitir ni entender mensajes que no sean muy muy básicos y simples.
Debemos presuponer que con lenguaje corporal y otras fórmulas asociadas a la no verbalidad, la transmisión bidireccional de información, así como la fidelidad del mensaje son, cuando menos complicadas.
Normalmente, en estas circunstancias lo que hacemos es interpretar en nuestra mente lo que percibimos, y las interpretaciones siempre tienen un sesgo, siempre están teñidas, sea por lo que ya tenemos en la cabeza, sea por el contexto.
En lecciones anteriores ya vimos como toda emoción va a teñir gradualmente nuestra capacidad de valoración e interpretación, con lo que, si lo que perseguimos es una práctica segura y consensuada del shibari, vamos a dejar de lado las presunciones y centrémonos en factores objetivos y reales.
Entendamos, que esta afección va a alterar el código con el que interpretamos la comunicación, por lo que a diferentes niveles de excitación y deseo erótico, un mismo gesto, una misma palabra tendrán distinta interpretación.
Y que dos personas se encuentren al mismo tiempo en el mismo grado de excitación y deseo, es algo altamente infrecuente. Siempre habrá alguna diferencia.
Comunicación
Ya dejamos claro anteriormente, que la comunicación ha de ser verbal, presencial, y mantenerse en momentos de calma emocional si lo que buscamos y esperamos de esa comunicación es crear conceptos comunes a partir de vivencias emocionales compartidas.
Pero claro, durante la sesión también nos comunicamos. Es más, afirmamos que el shibari es en sí mismo un diálogo, así que en vamos a plantear algunos conceptos que os ayudarán a gestionar la comunicación durante la sesión.
Atención: no hay fórmulas maestras ni normas rígidas. Cada persona, cada situación van a ser una vivencia diferente. No se trata de establecer estándares, sino de que aprendáis a sacar provecho ampliando vuestro "vocabulario emocional", el propio y el compartido.
Partimos del hecho de que no buscamos una respuesta, sino descubrir información nueva. Esto marca diferencias.
Así, no enfocamos nunca este tipo de shibari como una tortura, ya que en esa situación la persona torturada acabará dándonos la información que cree que nos interesa. Siendo esta una comunicación muy pobre y para nada enriquecedora.
Lo enfocaremos siempre como un diálogo, una entrevista, un interrogatorio si quieres. Dependerá del tono que queremos darle, pero siempre buscando que la persona atada transmita de forma natural una información novedosa para ambos.
Esa información suele ser un mensaje complejo, que requiere de cierto proceso mental para entenderlo y asimilarlo. Ya hemos tratado este tema en otras clases.
A nivel práctico, durante la sesión tenemos que mantener otro nivel de comunicación, más básico, más simple. Binario por así decir. Arriba o abajo, adelante o atrás, bien o mal. Sin matices, sin tonos grises, ya que cuanto menos tenga que procesar el cerebro, el de ambos, mejor.
Hay un clásico juguete infantil que se construye con dos vasitos de plástico unidos desde su base con un hilo. Si se tensa el hilo funciona como una especie de teléfono, más bien como una de las viejas radios. Si hablas por el vaso de un extremo, se escucha en el otro.
Es la mejor metáfora para representar cómo funciona la comunicación "no verbal" durante la sesión de shibari.
Para empezar, necesitamos que el hilo esté en tensión. Si está flojo no funciona, si está tirante en exceso tampoco.
Añadamos que es un circuito que solamente funciona en una dirección de cada vez. Esto es, cuando la persona situada en un extremo habla, la otra escucha, y viceversa. Si ambos intentan hablar al mismo tiempo, el sistema se satura y no funciona.
En el shibari sucede exactamente lo mismo. Quien ata (por aquello de asumir todos los recursos de la sesión) inicia la comunicación; entra en el espacio personal de la persona atada, eso ya es comunicación. La respuesta, la reacción de la persona atada le está dando información.
Si quien ata actúa atropelladamente, y entra en el espacio de la persona atada, la agarra, le aplica restricción y empieza a atar, y no le presta atención hasta que lleva media figura hecha ... Eso no es comunicación, es un monólogo.
En sekibaku establecemos un patrón para guiarnos en este diálogo, y será el tema central de este módulo. Pero primero, vamos a centrarnos en la "tensión del hilo".