Lección 4: Formas Básicas del Yagami Ryu

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Videotutorial Kaeshinawa | Shibari Dojo

Guía paso a paso en vídeo dedicada a Kaeshinawa Shibari (返縄), con especial atención a la gestión y manejo de la tensión.

La función de las formas tipo gote es crear en la parte superior del cuerpo de la persona atada una estructura tipo «cuadrado» que facilite el manejo de su cuerpo, aportando seguridad mediante la estabilización de sus articulaciones.

Esta es una forma muy simple de gote, por lo que no sería apropiada para situaciones de alta carga física, como suspensiones, pero es perfecta para el manejo en suelo.

El objetivo de esta práctica es aprender a construir un gote sólido mediante la técnica de contratensión, que aporta más dinamismo a la atadura, y utilizarla para gestionar la tensión en el cuerpo de la persona atada.

Crear un gote implica, para la persona atada, conectar los antebrazos con la articulación esternoclavicular, estabilizando el conjunto del hombro y las escápulas, y usando de forma activa el core y el suelo pélvico para responder a esta conexión.



Paso a paso

Veamos cómo construir la figura paso a paso:

1. Postura (ambas personas)

Para empezar, es fundamental que ambas personas mantengan una posición de balance, ya sea de pie o sentados. Vamos a utilizar de forma activa la mayor parte de la musculatura, por lo que la postura es clave.

  • Para la persona que ata: Es importante moverse con soltura y suavidad, sin sacudir ni pegar tirones. Los movimientos deben ser fluidos y no afectar a la estabilidad de la persona atada ni a la propia.
  • Para la persona atada: Mantener la activación muscular es esencial para conservar la postura y evitar desestabilización. Debes apoyarte en las ataduras de los antebrazos para impulsar tu cuerpo hacia la línea del pecho. Notar que hay una conexión física entre ambas partes de tu cuerpo.

2. Manos atrás (una y luego la otra)

Comenzamos, como es habitual, llevando los brazos hacia atrás, primero uno, luego el otro. Esto ya lo hemos visto en clases anteriores, por lo que no debería suponer un problema si lo habéis practicado.

Si este paso se os complica o encontráis dificultades, consultad a los instructores. No tiene sentido avanzar si no se ejecuta correctamente este primer movimiento.

Recordatorio: los brazos deben llegar hasta donde la persona atada pueda mantener la activación muscular (tríceps) y la estabilidad escapular (escápulas planas).

Visualmente, es más bonito si los brazos se cruzan, y resulta muy espectacular en una foto si los brazos se flexionan dramáticamente y las manos apuntan al cielo. Sin embargo, esto normalmente no es funcional ni seguro. Así que no os preocupéis si la persona atada no llega a juntar los brazos.

Consejo: si la persona atada no puede cruzar los brazos hacia atrás de manera activa, se puede solucionar creando dos "grilletes", uno en cada antebrazo. Eso sí, la cuerda que sigue para construir la forma debe pasar por el punto intermedio entre ambos brazos, por lo que tendréis que añadir un bloqueo o algo que la fije en ese punto.

Con ambos brazos atrás, debemos asegurarnos de mantener la restricción de forma efectiva. Esto significa que la persona atada debe sostener la activación muscular.

Para lograrlo, el contacto entre ambas personas es clave. La persona que ata debe mantener, con sus manos, la tensión corporal de la persona atada, modulando la intensidad y dirección (en este caso, hacia abajo).

Si la persona que ata utiliza solo una mano, mejor, ya que así tendrá la otra libre para, primero, corregir la postura y, después, comenzar a atar.

3. Hon Musubi

Este ya deberíais tenerlo dominado.

Cerramos un hon musubi. Fijaos en la dirección en la que sale la cuerda desde el nudo.

Cuando se construye el hon musubi, es frecuente hacerlo "en horizontal", paralelo al suelo. Esto es un error, ya que de esa forma no estamos generando un vector que envíe la energía desde el antebrazo hacia el pecho, sino que estaremos «tirando» de la persona atada hacia atrás.

Procurad construir el hon musubi "hacia arriba", siguiendo la línea de la columna vertebral, de manera que forme un triángulo con el vértice hacia arriba.

Si la dirección de la cuerda os sale naturalmente hacia el lado que no os interesa, necesitáis trabajar más en el hon musubi hasta dominarlo.

4. Paso del hombro

Ahora llevamos la cuerda hacia el hombro, al lado que más os guste; en mi caso, el izquierdo.

Hay quienes dicen que, puesto que la sangre circula de izquierda a derecha, es mejor empezar en esa dirección. Lo mismo ocurre si queremos utilizar la energía ki.

Yo lo hago así porque soy zurdo.

Tomemos como referencia anatómica el pliegue de la axila.

Atención: no llevéis la cuerda demasiado cerca del hombro, para evitar que se deslice, ni demasiado hacia el centro del brazo. Debe apoyarse sobre la masa muscular.

El paso de la cuerda hacia la parte delantera del cuerpo es clave. No debe empujar el hombro hacia delante, ya que esto descompondría toda la postura. Por una parte, ayudamos al hombro reteniéndolo, y por otra, movemos la cuerda en línea recta, evitando "enroscar".

No agarréis el hombro con fuerza, ni tiréis de él como si fuese algo inerte. Utilizad la fascia, con suavidad, con un poco más de intensidad que una caricia, pero no mucho más.

Buscamos enviar información sutil al cerebro, no imponer nada.

En este proceso, es útil que la persona que ata apoye su cuerpo ligeramente contra la persona atada, ejerciendo un suave empuje desde atrás hacia adelante y arriba.

Suave empuje, simplemente: tocar y notar la reacción. No se trata de ser un respaldo en el que la persona atada pueda reclinarse (debe mantenerse activa), ni de dar un empujón que desestabilice.

5. Cruzado en el pecho

Cruzamos la cuerda sobre el pecho, pasando por el esternón (una zona aplanada).

Nota: algunas escuelas e instructores insisten en pasar la cuerda sobre el tejido mamario. NO. Estamos buscando una articulación, un punto de gestión del cuerpo. Para tocar teta ya habrá tiempo.

Al pasar la cuerda por el otro hombro, el propio movimiento de la cuerda ya nos ayuda a colocarlo correctamente, aunque no está de más ayudar estimulando la fascia.

Para mayor eficacia, verifiquemos que la cuerda incida con la misma tensión en ambos hombros y a una altura aproximadamente igual.

Importante: No apretamos el cuerpo lateralmente, estrujándolo. Lo envolvemos de forma que facilite la rotación de los brazos hacia atrás y la apertura del pecho.

Durante este proceso, asegurémonos de que las costillas no “apuntan” hacia adelante, que la pelvis se mantiene en posición neutra y que no se pierda la activación muscular.

En el estudio, con la repetición y la concentración, es posible que en algún momento se pierda la activación. En ese caso, corregir la postura y seguir adelante no es la mejor opción. Empecemos desde el principio otra vez. Estamos aprendiendo, y esa es la mejor manera de progresar.

6. Cambio de dirección

Este es el movimiento que da nombre al ejercicio: el cambio de dirección.

La cuerda que viene del hombro se cruza en la espalda con la cuerda que viene de los antebrazos.

Pasa por debajo y cambia de dirección, tensándose.

La idea es dejar ese punto de cruce sobre la columna vertebral, en el centro del cuerpo.

Sin embargo, si simplemente tiramos, estaremos estrujando el cuerpo. Por lo tanto, debemos controlar la dirección y, usando una mano, aseguraremos las cuerdas para que, al tensar, no se separen del cuerpo, manteniendo la estructura en su conjunto.

Si al tensar tiramos de los antebrazos y estos suben, es posible que la persona atada pierda toda activación muscular, haciendo que la atadura deje de ser funcional y segura.

Para evitar esto, la mano que colocamos sobre la estructura debe "empujar" levemente la cuerda hacia abajo. Es decir, para que los brazos suban, baja la línea de cuerda.

Es útil que la persona que ata se desplace lateralmente mientras realiza esta maniobra, lo que ayuda a que todo el proceso sea más fluido y orgánico.

En una primera práctica, o si buscamos una forma extremadamente simple, aquí podemos cerrar la atadura.

7. Segunda línea

Una vez dominada la primera línea de cuerda, añadimos una segunda línea, que irá en dirección contraria a la primera, volviendo por el camino recorrido.

Cada vuelta, o línea de cuerda que añadamos, se debe colocar debajo de la línea previa.

Como norma general, en Yagami Ryu, cada vuelta que damos va siempre en dirección al centro del cuerpo: si estamos en la parte alta, hacia abajo; si estamos en la parte baja, hacia arriba.

8. Cierre

Siempre revisando la postura, completamos la forma y cerramos.

En cuanto al cierre, no os compliquéis la vida. Una lazada recogiendo la cuerda sobrante es suficiente. Si la cuerda queda muy justa, se puede bloquear entre otras cuerdas que tengan tensión.

Repasamos la forma: primero revisamos la anatomía, luego ajustamos la cuerda y volvemos a revisar la anatomía.

Manejo

Las formas tipo gote se manejan siempre desde el núcleo central, donde las cuerdas se cruzan y se realiza el cierre. El manejo debe realizarse mediante movimientos circulares, utilizando el balance de la persona atada y no la fuerza.

Seguridad

En caso de emergencia, es siempre más rápido cortar las cuerdas que desatar. Sigamos este protocolo:

  1. Contar con tijeras adecuadas (las de enfermería son recomendables).
  2. Inmovilizar a la persona atada (evitar oscilaciones en suspensión, bloquear posibles espasmos en el suelo).
  3. Identificar la línea horizontal más tensa.
  4. Colocar una mano entre la cuerda y el cuerpo de la persona atada para protegerla.
  5. Cortar la cuerda en esa línea, lo que comenzará a aflojar la atadura.
  6. Ir a la línea contraria (en X) y repetir el proceso.
  7. Finalmente, cortar las cuerdas superiores e inferiores, liberando a la persona.
  8. Último paso: liberar las manos para evitar reacciones inesperadas.