Posición de los Brazos en Formas tipo Gote

La posición de brazos cruzados detrás, en formas tipo gote o takatekote, es uno de los grandes desafíos al adentrarnos en el estilo de shibari del Yagami Ryu.

Por tradición—o más bien por costumbre—las personas atadas tienden a cruzar los brazos como se observa en la foto. Es lo que hemos visto hacer a los japoneses y lo que, en Occidente, imitamos. Sin embargo, desde un punto de vista anatómico, esto suele ser un error desde el punto de vista biomecánico.

¿Cómo hacer figuras de gote o takatekote de forma segura?
Captura fotograma vídeo Yagami Ren.

Vamos por partes.

El problema principal surge al intentar extrapolar o copiar directamente lo que vemos en un cuerpo oriental y aplicarlo a un cuerpo occidental.

Los orientales, especialmente los japoneses, presentan una menor variedad genética debido a sus políticas raciales históricas y su prolongado aislamiento.

Por contra, en Occidente encontramos una mayor diversidad genética y corporal, tanto en forma como en composición y estructura anatómica.

Me refiero, sobre todo, a aspectos como la densidad ósea, las proporciones corporales, la densidad de masa muscular, la distribución natural de grasa (no relacionada con obesidad), y la capacidad respiratoria y circulatoria. O el tamaño de los senos en las mujeres.

En lo concerniente ala práctica del shibari, vamos a centrarnos en algunos aspectos específicos.

Diferencias anatómicas clave

Una de las principales diferencias entre orientales y occidentales radica en la composición y proporción de colágeno y elastina.

Los asiáticos presentan mayor densidad de colágeno y una mayor presencia de elastina. Además, sus huesos son más delgados y cortos en proporción, especialmente la pelvis, que es considerablemente más estrecha

En comparación, los occidentales tienen una mayor proporción entre la pelvis y la caja torácica, con un mayor volumen y un tronco más marcado y ancho.

Asimismo, presentan mayor densidad muscular y mayor presencia de grasa en el cuerpo.

Biomecánica del gote o takatekote

Existe una deficiente explicación histórica sobre la construcción y finalidad de las figuras empleadas en el shibari.

Desde el punto de vista biomecánico, un takate o un gote busca formar una figura que funcione como un cuadrado.

Este cuadrado no es literal, sino un concepto abstracto que nos ayuda a distribuir las fuerzas, cargas y energías de manera eficiente. (Por "energía" nos referimos a energía cinética, gravedad y fuerza de reacción, no a cosas místicas).

Evaluamos esta eficiencia desde dos prismas: por un lado, minimizando el esfuerzo y maximizando el control; por otro, garantizando la seguridad física de la persona atada.

Un takate bonito y aparentemente bien construido, pero con una disposición anatómica inadecuada o pequeños errores en la aplicación de las cuerdas, concentrará toda la fuerza, peso y energía en tejidos no diseñados para soportarla, como ligamentos, tendones, cartílagos, nervios y huesos.

Daños acumulativos

Estos tejidos, denominados "blancos", tienen bajo nivel de oxigenación y riego sanguíneo.

Aunque no suelen lesionarse directamente por un takate (salvo con una técnica pésima o mala suerte), pueden sufrir daños acumulativos.

Esto se asemeja al "efecto memoria" de las baterías: los tejidos se regeneran, pero a un ritmo decreciente con la edad y dependiendo de factores como la dieta, hábitos saludables y la biología individual.

Entonces, ¿un cuadrado significa simplemente cruzar los brazos detrás?

No. Esa es una interpretación simplista. La figura del cuadrado es un concepto abstracto que debemos entender en función de su comportamiento matemático: cómo distribuye las cargas y cómo se comporta biomecánicamente, no por su apariencia visual.

En el gote o takatekote, el "cuadrado" se forma entre el esternón, la articulación sacroilíaca, la musculatura lateral y frontal, y las escápulas.

Esta estructura dirige la energía de manera uniforme hacia el suelo: si la persona está de pie, hacia los pies; si está sentada, hacia los isquiones.

A partir de ahí, el suelo devuelve la energía para contrarrestar el peso y las cargas añadidas, según la Tercera Ley de Newton, también conocida como la Ley de Acción y Reacción: "Para cada acción, hay una reacción igual y opuesta."

Lo que podemos interpretar como: Cuando un cuerpo ejerce una fuerza (acción) sobre otro, el segundo cuerpo ejerce una fuerza igual y opuesta (reacción) sobre el primero.

Construcción biomecánica adecuada

Para construir un buen gote, lo primero es estabilizar las dos articulaciones móviles entre las que se ubicará: la pelvis y los hombros.

Pelvis: Su estabilización es clave para gestionar el intercambio de fuerzas con el suelo, ya sea de pie o sentado.

Hombros: Si no se estabilizan, las fuerzas confluirán en el cuello afectando a la columna en su tramo cervical y, posiblemente, se reflejarán en las lumbares.

Además, si el húmero no encaja adecuadamente y el hombro rota hacia adelante (internamente), los músculos y otros tejidos asociados rozarán contra los huesos.

Creo que todos hemos hecho en alguna ocasión un movimiento con el hombro que nos provocó esa molestia tan característica en su parte delantera.

Ahora imagina esa molestia sostenida durante un cuarto de hora y soportando todo el peso de tu cuerpo con ese hombro.

Así pues, necesitamos estabilizar los hombros, y para ello debemos mantener las escápulas pegadas a la espalda.

Ojo,muchas personas, debido a su propia musculatura, tienen dificultades para estabilizar los hombros de esta forma.

Esto ocurre cuando los músculos subescapulares están muy desarrollados o son voluminosos, lo que provoca que las escápulas se "eleven" y no se adhieran correctamente a la espalda.

Si este es tu caso, o si tienes problemas para estabilizar los hombros, no dudes en consultarnos; está incluido en el curso.

Todas estas estabilizaciones requieren activación muscular tanto para establecerlas como para mantenerlas, ya que esa es la función de los músculos.

Cuando no hay activación muscular, las articulaciones quedan desprotegidas y el trabajo recae en los tejidos blancos (ligamentos, tendones, etc.), que no cuentan con suficiente elastina para cumplir esta función.

Además, un músculo inactivo añade peso muerto. Es decir, no contribuye a la "fuerza de reacción", sino que actúa como un lastre, sobrecargando las articulaciones con peso adicional.

¿Cuál es el problema con la anatomía occidental?

En general, las anatomías occidentales no permiten mantener la activación muscular necesaria para proteger los hombros si flexionamos los codos.

Así de simple: nuestra constitución física lo dificulta o, en muchos casos, lo imposibilita.

ero no me creas, pruébalo:

  1. Lleva tus brazos, primero uno y luego el otro, hacia atrás, pero sin flexionarlos.
  2. Procura mantenerlos en un rango activo. Esto significa que el movimiento de los brazos hacia atrás debe realizarse exclusivamente con la articulación del hombro. No dobles el cuerpo, no saques las costillas hacia adelante ni muevas las muñecas; concéntrate únicamente en el hombro.
  3. Siente la activación muscular y asegúrate de que las escápulas estén planas y no elevadas sobre la espalda.

Ahora, flexiona el codo para adoptar la posición que se observa en la foto. ¿Notas la diferencia?

¿Esto nos complica un poco la vida a la hora de construir las figuras tipo takate-kote (TK)?

No, para nada.

Lo que complica es intentar imitar sin criterio lo que vemos en fotos, como si careciéramos de razonamiento o análisis. Sin embargo, la técnica sigue siendo igualmente válida.

Habrá personas que necesiten dos grilletes (hojo) independientes, uno en cada mano, porque su anatomía no les permite cruzar los brazos atrás, ni siquiera estirándolos.

También habrá personas, aunque pocas, que puedan doblar los brazos con facilidad.

Doblar o no los codos no es lo importante en estas formas.

Buscamos crear un "cuadrado" que permita distribuir las fuerzas de forma eficiente y que la persona atada pueda mantener la activación muscular.

Todo lo demás es pose y vanidad sin sentido.

¿Entonces, cuál es la función del antebrazo (gote)?

El nombre de estas figuras proviene precisamente del antebrazo (gote), ya que este es la pieza clave para que todo el sistema funcione correctamente.

El antebrazo sirve como punto de apoyo para que la persona atada pueda impulsarse.

Mantener la activación muscular en la zona de la espalda únicamente por voluntad es extremadamente difícil y demandante.

Sin embargo, al contar con una clave táctil (importante: una clave táctil, no una presión excesiva ni un tirón) sobre el antebrazo, la musculatura responde con mayor facilidad y se puede mantener activa durante más tiempo.

La energía generada por el impulso hacia abajo, aplicado por los antebrazos contra la cuerda, sube hacia el esternón.

Desde allí, se distribuye hacia la espalda, que está protegida por las escápulas.

Estas, a su vez, envían la energía hacia la musculatura lateral, luego hacia los abdominales, y finalmente hacia los glúteos y la musculatura de la zona de la cadera, que dirigen toda la carga hacia el suelo.

Con este circuito creado, tendremos pleno control sobre el balance de la persona atada. Esto le permitirá sentirse "cómoda" y segura dentro de la atadura, y obtendremos la base necesaria para empezar a gestionar el movimiento y las cargas.

Dado que estas figuras se emplean con frecuencia en suspensiones, es lógico que las técnicas de suspensión busquen transferir esas fuerzas hacia otro punto y en una dirección diferente.

Pero eso lo exploraremos en una próxima lección.