En sekibaku, la restricción se construye con el cuerpo. Siempre nos estaremos refiriendo a restricción anatómica, y no a inmovilización con las cuerdas.
El riesgo de la restricción anatómica, sobre todo si no somos expertos en artes marciales, es que podemos causar severas lesiones.
Estas lesiones no se suelen manifestar en el momento de la práctica. Hace falta ser realmente brutos para ello. Posiblemente, una mala técnica no cause ni tan siquiera molestias a la persona atada en el momento.
Pero el daño en los tejidos blancos se estará produciendo igualmente. Nos referimos a tendones, ligamentos y otras estructuras asociadas a las articulaciones.
El problema de estos daños "no visibles" es que son acumulativos. Nuestro cuerpo actúa aquí como las baterías de los teléfonos móviles, tiene efecto memoria.
Y cuando somos jóvenes, o estamos en una gran condición física, esos daños se pueden recuperar paulatinamente. Pero con la edad, o ciertas condiciones físicas, la recuperación será cada vez menos significativa, por lo que iremos acumulando daños.
Con el paso del tiempo, estos daños sufridos practicando shibari sin sentido, sumados a otros adquiridos en otras actividades de nuestra vida, se acabarán manifestando, bien sea como prolapsos, incontinencias, caídas y fracturas, o dolores crónicos y limitaciones en nuestra movilidad cotidiana.
Como consideramos que no hay razón alguna para poner en peligro el bienestar y la salud de una persona a cambio de un juego erótico, es por lo que insistimos tanto en una correcta ejecución de las técnicas.
¿Qué sucede en el vídeo?
Como siempre, partimos de una postura de balance, una posición anatómicamente neutra para ambos, tanto el que ata como la persona atada.
Esta posición de partida asegura una base estable y reduce el riesgo de daños o lesiones durante la práctica.
Primer Paso: Aplicación de la Técnica de Agarre
Comenzamos aplicando la técnica de agarre revisada con anterioridad. Al hacerlo, quien ata debe observar atentamente el cuerpo de la persona atada. En especial:
- Apertura de los hombros: Los hombros deben «abrirse» hacia atrás. Si permanecen «cerrados», hacia adelante, al recibir el cuerpo fuerzas no podrá reclutar musculatura apropiada para gestionarlas y las absorberá con las articulaciones.
- Escápulas planas: Las escápulas deben permanecer planas sobre la caja torácica. Si no es así, la estabilidad de las articulaciones del hombro se verá comprometida.
- Costillas alineadas: Las costillas no deben sobresalir hacia adelante; de lo contrario, la persona atada no podrá activar adecuadamente su core, lo que resultará en una desactivación del suelo pélvico.
- Pelvis neutra: La cadera debe mantenerse en una alineación neutral, sin arqueo en la zona lumbar. Una pelvis en posición neutra asegura que las fuerzas se distribuyan correctamente, evitando cargas innecesarias en zonas como las lumbares o cervicales.
Movimiento Controlado del Brazo
A continuación, movemos el brazo hacia atrás en un movimiento circular, asegurándonos de mantenerlo siempre dentro de su rango dinámico activo.
La gestión de quien ata debe ser mínima. Un solo dedo en la línea del meñique puede ser suficiente para guiar el movimiento. Una vez alcanzada la posición deseada, el dedo puede ser reemplazado por la cuerda para mantener la dirección y tensión.
Importante: estos movimientos son como un baile entre quien ata y quien es atado. No se trata de ayudar ni de oponerse, sino de acompañarse.
Tensión y Supervisión Constante
Es crucial que quien ata mantenga una tensión constante en intensidad y dirección. La dirección puede ajustarse ligeramente, pero desde el principio debe ser firme, que no apretada.
Se debe supervisar continuamente que el cuerpo de la persona atada no esté realizando compensaciones indeseadas. Si se detectan compensaciones, es necesario retroceder y ajustar mejor la activación y los movimientos.
Evitar Posturas Inadecuadas
No busques las formas de “caja” que suelen verse en algunas fotos, con los codos doblados. En la mayoría de los casos, las personas occidentales (no japonesas) no pueden mantener la activación y estabilidad articular en esas posiciones debido a diferencias estructurales y de movilidad.
Por último, nunca inicies el movimiento desde la muñeca. Hacerlo no solo es peligroso, sino que también puede inducir respuestas musculares indeseadas, como la desactivación de los tríceps y la musculatura lateral del torso.
Estas respuestas pueden interferir con la técnica y disminuir la efectividad de la restricción.
Practicar esta técnica os dará precisión en los movimientos y control sutil sobre el cuerpo por medio de la comprensión de la biomecánica del cuerpo.
A través de la observación atenta y la corrección constante, podemos garantizar una práctica segura y eficaz, optimizando la activación muscular y la estabilidad articular en cada movimiento.