El "diagrama del deseo" del sekibaku nos marca la secuencia a seguir para conseguir que la persona atada pueda profundizar en sus deseos y lo representamos mediante un pentagrama inspirado en los ciclos de creación y destrucción de las culturas orientales.
Restricción
El primer paso es la restricción. Para muchas personas el simple hecho de atar o ser atado ya les supone una vivencia erótica.
Pero sekibaku no es únicamente para "aficionados al bondage", también es válido para quienes se acercan con curiosidad y temor por primera vez, ya que en cada paso busca erotizar la situación.
La forma en que se ata, se aplica la cuerda y se gestiona el cuerpo busca esta erotización.
Pero tengamos claro a qué nos estamos refiriendo. Si digo restricción y shibari, es fácil que pienses en una atadura completa, incluso en una suspensión.
Error. Restricción es interferir en la conducta de la otra persona. Por eso, cuando en lecciones anteriores hablábamos de la comunicación, valorábamos la importancia de fijarse en la reacción de la persona atada al simplemente acercarse a ella quien la va a atar.
Eso ya es restricción. Los japoneses son muy prácticos y aman la eficiencia. Cada movimiento, cada contacto, cada vuelta de la cuerda es una restricción. Es una frase, y quien ata debe dar tiempo a la persona atada para procesar y responder, y debe darse tiempo a si mismo para escuchar y valorar el siguente paso a dar en base a esa respuesta.
Excitación
El segundo paso es excitación. Entendida como la reacción del cuerpo ante un estímulo externo.
No esperemos que sea una explosión de gemidos y espasmos corporales. Eso sería extraño, exagerado y probablemente, impostado.
Para visualizar a qué nos referimos, pensad en cuando notáis una corriente de aire, o una gota de agua corre por vuestra piel.
Estamos hablando de sensaciones, que de por sí no tienen un valor específico, simplemente nos indican que hay una respuesta al paso previo.
En la persona atada es un proceso de sentir, y dejar que su cuerpo reaccione. Con naturalidad.
En la persona que ata es un ejercicio de escucha y observación para percibir los pequeños cambios en la persona atada.
Estimulación
Tercer paso: estimulación. Y nuevamente, no se trata de emplear un "satifsfayer", ni de irnos directos a los genitales o las zonas erógenas.
Al contrario, se trata de convertir la "excitación" del paso previo en algo erótico. En erotizar lo que estamos haciendo. La erotización nos lleva a vivir la situación como algo placentero.
¿Cómo? No hay un método válido ni universal, ya que eso dependerá de la persona y del momento. Explorar vuestra erótica y descubrir formas de erotizar en el shibari.
Un consejo, cuanto más sutil, más eficaz será. Algo demasiado directo o brusco tiene muchas posibilidades de provocar el efecto contrario.
Esto se debe a que si la estimulación aplicada no corresponde con el esquema emocional que está viviendo en ese momento la persona atada, será contradictorio y puede provocar que se salga de contexto erótico.
En cambio, si la estimulación es lo suficientemente sutil e indefinida encajará en casi cualquier esquema emocional, erotizando más ese instante.
Deseo
Cada paso nos lleva orgánicamente al siguiente, siendo el deseo el cuarto vértice de este pentagrama del deseo.
A estas alturas, ya supondréis que este incremento es gradual, y no debiera ser muy grande de un paso al siguiente.
Recordemos que todo este proceso lo estamos ejecutando en un único movimiento, sea acercarnos, tomar contacto, o aplicar la primera restricción o fijar las primeras cuerdas.
Es decir, todo esto sucede en muy poco tiempo por cada movimiento, por cada contacto o cada giro de la cuerda. Obviamente, no es funcional replicar el esquema paso a paso en cada uno de los cientos de movimientos que ejecutamos.
Pero cuanto más nos apeguemos a este proceso, mayor será el grado de gestión sobre lo que estamos viviendo.
Paso a paso hemos llegado a un punto en el que el deseo se incrementa, crece. Pero no se le satisface.
Por lo que el cerebro al ser incapaz de resolver ese incremento del deseo con el esquema emocional actual, lo desechará para pasar a otro esquema menos habitual.
Contradicción
Al quinto paso del proceso, que no el último, lo llamamos «contradicción».
Es el momento en el que la persona atada desecha el esquema mental que estaba utilizando, ya que lo que en su mente debería llevar a la satisfacción del deseo en la realidad no es así.
No solo no lo está satisfaciendo, sino que el deseo sigue aumentando. Por lo que debe desecharlo y acceder a un nivel más profundo de su consciencia.
Es importante que tengamos en cuenta esta fase del proceso, que busquemos momentos para, por así decir, cerrar este ciclo para poder adaptar la sesión a ese cambio.
Técnicamente, lograr esa sincronía es algo imposible, puesto qué la duración de cada uno de esos instantes emocionales se mide en milisegundos, con lo que la gestión se centrará en guiar a la persona en una espiral ascendente.
Vuelta a empezar
En el paso anterior, el que cierra en pentagrama, decía que no era el último, y así es. Una vez completamos el ciclo, volvemos a empezar, una y otra vez, todo el tiempo.
Seguir este proceso nos permitirá impulsar a la persona atada en su "rampa" emocional.
A medida que progresa la sesión, y para no quedarnos estancados en el primer esquema mental que acuda a la llamada del deseo, la persona que ata tendrá que, mediante las técnicas de cuerda y de cuerpo influir en el pensamiento de la persona atada.
Aumentando su grado de excitación para que así los esquemas más comunes sean desechados al no obtener la satisfacción que busca.
¿Por qué es un riesgo estancarse?
No es que pase nada malo, no estamos en peligro. Simplemente, que el deseo en una emoción que requiere de un contexto y un aporte de energía para sostenerse.
Estancarse aquí, implica no seguir explorando nuevos esquemas emocionales, y quedarse en un punto. El problema, que ahí el deseo no puede sostenerse por sí mismo, por lo que irá reduciéndose hasta que la persona se salga de contexto erótico.
¿Esto es bueno? ¿Es malo?. Dependerá de cada situación. Por sí mismo simplemente significa que una persona de las dos está fuera de contexto erótico, pero la otra sigue, por lo que la interacción puede tornarse un poco extraña.
Siempre recomendamos que cuando esto sucede, cuando uno sale de contexto erótico lo diga. Se pause la sesión, y se valore si se puede retomar, o es mejor ponerse a otra cosa.
Por lo que para mantenernos en un ciclo ascendente del deseo debemos repetir el proceso cada vez que queramos explorar una nueva capa del deseo
¿Hasta dónde? ¿Durante cuánto tiempo?
No hay una respuesta única. Cada persona es diferente, cada interacción es diferente. Dependerá de muchos factores.
Es importante tener presente que la demanda de energías que tiene este proceso es elevada. Cuanto más profundizamos más energía supone mantener la situación.
El plano emocional también tenemos que valorar cuánto queremos "exponernos", ya que a medida que se desechan esquemas y exploramos otros nuevos estamos "bajando barreras", por lo que cuanto más profundizamos, más vulnerables somos.
Aquí el diálogo previo, y sobre todo posterior os irá dando pistas sobre cuáles son vuestras preferencias y límites en este tipo de situaciones.