La cuerda, que envolviendo el cuerpo actúa como transmisor de las vibraciones hacia la piel, permite a la persona que ata gestionar las sensaciones, la estimulación de la persona atada.
Tensión en la Cuerda
Tomando como ejemplo del teléfono construido con dos vasitos y un hilo, para que el invento funcione necesitamos que el hilo esté tenso. El funcionamiento se explica por medio del principio de la transmisión de las vibraciones.
Según este principio, las vibraciones se propagan a través de un material por oscilación de las partículas que lo componen. A mayor densidad de partículas, más eficientemente se transmiten las vibraciones. A mayor espacio entre las partículas, las vibraciones se atenuarán y perderán energía a medida que se propagan.
En el ejemplo del teléfono de vasos, si el hilo está tenso el sonido, que no es otra cosa que una onda, una vibración, se transmite con facilidad y a distancia. Si el hilo pierde tensión, el sonido tendrá problemas para transmitirse, no llegará tan lejos, y a donde llegue lo hará con peor calidad.
En el shibari sucede lo mismo con la cuerda, necesitamos que mantenga tensión para que transmita las vibraciones.
¿Para Qué Necesitamos Transmitir Vibraciones?
El motivo es que en shibari erótico uno de los elementos clave es la estimulación, el crear sensaciones, reacciones a ellas, y manejarlas dentro del contexto erótico para gestionar la estimulación, aumentándola o controlándola, según nos interese en cada momento.
La tensión en el cuerpo (activación) y la tensión en la cuerda son las herramientas con que contamos para facilitar la estimulación indirecta.
La cuerda, que envolviendo el cuerpo actúa como transmisor de las vibraciones hacia la piel, permite a la persona que ata gestionar las sensaciones, la estimulación de la persona atada.
Pero además, esta transmisión de vibraciones le permite a la persona que ata dar indicaciones a la persona atada para gestionar sus movimientos, para indicarle si quiere que se levante, se mueva hacia un lado o hacia otro.
Por ese motivo, es importante que mantenga la tensión durante toda la sesión. De ahí la recomendación de ni soltar nunca el extremo de la cuerda, ni de permitir que pierda tensión.
La pérdida de tensión supone interrupción de la comunicación. Eso es disruptivo, y en ocasiones molesto para la persona atada. Pensad en una conversación por teléfono en la que se pierde continuamente la cobertura. Es poco gratificante.
Yukimura Haruki, uno de los grandes maestros históricos del shibari, empleaba el término "nawajiri" para referirse a la gestión desde el extremo de la cuerda.
Tensión no es fuerza, una cuerda tensa no es una cuerda apretada.
Y esta es la clave, debemos mantener la cuerda en tensión, sin que flojee a lo largo de toda su extensión, pero tampoco debe estar apretada. Hay un punto intermedio que, ciertamente, no es fácil de encontrar. Requiere práctica y entrenar nuestra sensibilidad.
Una cuerda demasiado apretada, además de una potencial incomodidad a la persona atada (esto va en los gustos de cada cual), puede parecer que facilitará la transmisión de las vibraciones, y de hecho así es.
Pero esto no es necesariamente interesante. En shibari erótico buscamos la sutileza, la sugestión, y evitamos los mensajes explícitos, directos o transmitidos con demasiada intensidad, ya que pueden «chocar» con el instante emocional en el que se encuentra la persona atada, y sacarla de contexto erótico.
Por ambos motivos, evitaremos las cuerdas flojas, y también aquellas excesivamente apretadas. Las estructuras de cuerda requieren firmeza, pero no deben apretar.
Una atadura floja tenderá a ser peligrosa, una atadura apretada tiende a la ineficacia.
Un detalle a tener en cuenta. La tensión debe mantenerse en TODA la atadura. Toda ella debe mantener una tensión similar, tanto los tramos que envuelven el cuerpo, como el fragmento de cuerda que va de la persona atada a la persona que ata.
¿Qué Vibraciones?
Cualquier movimiento, cualquier impacto o fricción provocarán vibraciones que la cuerda transmitirá. Pero no todas son interesantes, y algunas deben ser evitadas.
A evitar: todas aquellas que supongan una “sacudida” para la persona atada, especialmente mientras estamos atando.
A modo de ejemplo, mientras se manipula la cuerda y se cierran las formas a la espalda de la persona atada, esta no debe tambalearse por efecto de los tirones que la persona que ata da a la cuerda.
Esos tirones son muy interesantes para gestionar el instante emocional, pero deben ser controlados. Quien ata debe cultivar las habilidades necesarias para poder tener un manejo “dramático” de la cuerda, sin que estos manejos afecten al balance de la persona atada.
Nuevamente, el motivo tras esta instrucción es no interferir, no sacar de contexto a la persona atada.
Vibraciones interesantes
Aquellas que nos ayuden a gestionar la excitación de forma controlada. Siempre sutiles. Podéis probar, a frotar con las uñas el nawajiri en contra dirección. O a darle unos golpecitos variando el ritmo cuál pizzicato.
El roce de la cuerda contra la cuerda, especialmente al desatar (recordar: cuando la deslizamos en toda su extensión, la cuerda siempre fricciona contra la cuerda, NUNCA contra la piel), suele ser una fuente de estímulos muy interesante.
Ejemplos Prácticos
El manejo de la tensión mientras construimos la atadura, el "musubime": envolviendo y abrazando.
En ataduras tipo cochinawa (aquellas que implican la pelvis y los genitales), dependiendo de la persona, y normalmente SIN que esta se encuentre en un elevado estado de excitación: movimientos circulares (estilo la comba o lazo) con ritmo y frecuencia variable son un obvio ejemplo de transmisión de la vibración con fines de aumentar la estimulación.
Un par de acotaciones sobre las ataduras genitales:
Primero, en estados de alta excitación, estimular directa e intensamente los genitales puede tener un efecto inverso, ya que, debido a la hipersensibilización de la zona, puede resultar molesto e incluso doloroso.
Segundo: Habréis visto que en ciertos manuales se recomienda hacer un nudo en la cuerda para que quede situado en "el punto" clave. Bueno, esto es una estupidez mayúscula.
Si hacemos un nudo en la cuerda, las vibraciones no pasarán más allá. ¿A qué punto se refieren? ¿Estimular el perineo? ¿El clítoris?. En cualquiera de los casos, la vibración es más estimulante que la presión, no son timbres!!!.