Una postura anatómicamente correcta es aquella en que cada parte del cuerpo está realizando de forma eficaz la función para la que está diseñada. Sin compensaciones, sin brusquedades ni sobrecargas. Y en esa postura, el cuerpo será bello por sí mismo de forma natural.
Postura | Shisei (姿勢)
El primer «fundamento» o «técnica base» sobre el que vamos a trabajar es la postura del cuerpo.
Cuando hablamos de postura nos estamos refiriendo tanto a la posición anatómica del cuerpo, como al estado mental de la persona, y es el punto de partida sobre el que empezaremos a trabajar en el estudio del estilo de shibari del Yagami Ryu.
Entendamos desde un principio que este concepto, "shisei (姿勢)", va más allá de la simple postura del cuerpo. Implica que se trata de una actitud ante algo o alguien. Un estar preparados para lo que suceda.
Un estado de alerta calmado. Sin tensar, sin agarrotarse. La percepción abierta.
Una postura óptima es necesaria para mantener el equilibrio y la estabilidad (física y emocional), y a partir de ahí realizar los movimientos y técnicas con seguridad y eficacia.
Anatómicamente, nos estamos refiriendo a una «posición neutra».
Esto es lo que debes hacer si estás de pie:
- Pies paralelos y alineados, ligeramente separados, apuntando hacia adelante.
- Distribuye el peso de manera uniforme entre ambos pies, creando un “trípode” entre los dedos, la almohadilla y el talón.
- Mantén las rodillas ligeramente flexionadas, sin bloquearlas.
- La pelvis debe estar en posición neutra, sin inclinarse hacia adelante ni hacia atrás.
- Alinea la columna vertebral, asegurándote de que las orejas estén sobre los hombros y los hombros sobre las caderas.
- Los hombros deben estar sin encorvarse hacia adelante ni arquear la espalda.
- Las escápulas deben estar planas en la espalda para proporcionar soporte.
- El abdomen debe estar tonificado, pero no rígido, para dar soporte a tu espalda y mantener una postura estable, pero sin tensar en exceso.
- Deja los brazos relajados a los lados del cuerpo, con las palmas hacia los muslos, ligeramente volteadas hacia afuera, con el meñique más cerca de ti que el pulgar.
- Mantén la cabeza en posición recta, con las orejas en línea con los hombros.
- Respira de manera natural y relajada
Si estamos sentados:
- Puedes cruzar las piernas o extenderlas frente a ti, según te resulte más cómodo. En cualquiera de las dos posiciones, asegúrate de que tu punto de apoyo son los isquiones.
- Mantén la espalda alineada.
- Asegúrate de que las escápulas estén planas.
- Puedes utilizar un cojín debajo de las pelvis si lo necesitas para mayor comodidad.
- Mantén el mentón paralelo al suelo, con las orejas en línea con los hombros.
- Continúa respirando de manera natural y relajada.
- Si sientes incomodidad, siéntete libre de cambiar de posición o ajustar la postura. Es importante escuchar a tu cuerpo y hacer ajustes según sea necesario.
Es crucial escuchar a tu cuerpo y hacer ajustes según sea necesario. Si la persona atada no está cómoda o se cansa, debe buscar una postura más cómoda o llevadera.
Ni por asomo entra en los planteamientos del sekibaku el aguantar por aguantar. Es más, la persona que ata debería apreciar que la persona atada comienza a cansarse o no está cómoda, y anticiparse, corrigiendo o cambiando la postura. Eso es gestión de la sesión, eso es prestar atención a la otra persona.
La posición anatómica neutra es fundamental porque te ayuda a evitar lesiones y te permite responder de manera rápida y eficaz a los movimientos requeridos en cada momento.
La idea es que esta posición te proporciona una buena base, lo que significa que estás en equilibrio y preparado para moverte tú o mover a la otra persona de manera efectiva en cualquier dirección.
Permitiéndote realizar movimientos, giros y técnicas sin perder la estabilidad o poner en riesgo las articulaciones, tanto las de la persona que ata como las de la persona atada.
Decíamos al principio que la postura no afecta únicamente al cuerpo, sino que también incluye un estado de activación mental. Es un estado en el que estamos atentos, en guardia pero no tensos. Mantenemos una escucha activa, buscamos la comprensión.
Cuando llevamos al shibari esta técnica, debemos tener en cuenta que se aplica en ambas partes, pero de forma diferenciada para quien ata y quien es atado. Se trata de una técnica que requiere de otra persona. Estamos activos ante la otra parte del juego.
Así, la persona atada debe partir de una posición anatómica neutra, sin rigideces, para permitir a la persona que ata mover su cuerpo y crear las restricciones que considere necesarias.
La persona que ata debe emplear su postura para mover sin esfuerzo y de forma fluida a la persona atada.
Ambas partes deben tener la mente libre de expectativas e ideas preconcebidas. Esto es lo ideal, para así fluir ambos en una exploración del erotismo alejada de los egos.
En este caso, la intención clara, la honestidad compartida y el ejercicio de la responsabilidad personal son elementos clave. (En la parte de «seguridad emocional», se tratan en detalle estos elementos.)
Balance (バランス)
Cuando hablamos de balance, solemos asociarlo con el «equilibrio». Y sí, el equilibrio es una consecuencia del balance, pero no es la mejor forma de explicarlo si deseamos comprender el concepto y aplicarlo a la práctica del shibari.
Desde nuestro enfoque particular, definimos el balance como la armonía entre las energías o fuerzas que actúan sobre nuestro cuerpo (gravedad, esfuerzo propio, acciones externas, respuesta del suelo), de manera que estas energías se equilibren y se cancelen mutuamente, dando como resultado un total igual a cero.
El balance es un estado activo. Se trata de una ilusión creada a partir de muchos instantes, ya que mantenerse en balance en una postura requiere de pequeñas correcciones y ajustes por nuestra parte. De lo contrario, el cuerpo buscaría su estado de mínima energía y se caería al suelo.
En las artes marciales, y también en el sekibaku, las posiciones de balance se identifican como formas cuadradas, por el hecho de que esta es una figura geométrica que muestra gran estabilidad y resistencia al cambio de postura.
De esta manera, por ejemplo, si nuestro cuerpo pesa 100 kg, estaremos aplicando fuerzas equivalentes a 100 kg para contrarrestar la fuerza de la gravedad. Si además estamos en una posición cuadrada, con el cuerpo en postura neutra y una buena disposición, para movernos será necesario emplear el equivalente a 201 kg de fuerza: 100 para vencer la fuerza de la gravedad, 100 para contrarrestarla, y 1 para desequilibrar la balanza
Esto es solamente un ejemplo para visualizar este concepto; más adelante veremos cómo esto se puede cambiar para no tener que emplear tanta energía.
La persona que ata ha de gestionar en todo momento el balance de la persona atada. Para ello conocer estos, y otros mecanismos, es fundamental.
Junto con el balance, hay dos conceptos que debemos conocer:
Desbalance | Kuzushi (崩し)
Frente al balance, tenemos el desbalance. La palabra japonesa «kuzushi» implica ruptura, que en este caso se refiere a romper el estado sostenido de balance.
Todos hemos experimentado esto en nuestra vida, ya sea al tropezar y perder el equilibrio, o al balancearnos en una silla tranquilamente, y en el momento en que perdemos el equilibrio, notamos todo ese vértigo acelerado que solo dura un instante.
El kuzushi es precisamente eso, un instante. Si perdemos el balance, el equilibrio, o bien lo recuperamos en ese instante, o bien lo perdemos por completo, acabando en el suelo.
Balance es una posición, una constante que perdura en el tiempo.
El tiempo y la imposibilidad de pararlo, o retroceder en él. Es un concepto sobre el que debes meditar, ya que será clave en la gestión de la sesión de shibari.
Por contra, kuzushi es un instante, es ese momento en que todo cambia. Aprender a detectar e identificar estos cambios es una habilidad a desarrollar si quieres progresar en el shibari.
El concepto zen de ichi-go ichi-e es una buena base mental desde la que partir para trabajar esta habilidad.
La transitoriedad irrepetible de cada instante que vivimos implica que debemos prestar toda nuestra atención a cada uno de los instantes que compartimos con otra persona si queremos disfrutarlos al máximo.
Cielo y Tierra Tenchi (天地)
Este concepto, conocido también como la “fuerza de reacción contra el suelo” y en artes marciales como «cielo y tierra», es clave en la aplicación de la biomecánica y en la comprensión de cómo los cuerpos interactúan con su entorno.
Según la Tercera Ley de Newton: «Para cada acción, hay una reacción igual y opuesta.»
Según las filosofías taoístas, el balance, representado por el Yin Yang, se representa con dos fuerzas opuestas pero complementarias que se mantenien en un cambio y transformación constantes. Cuando una aumenta, la otra disminuye y viceversa.
Técnicamente, se refiere a la fuerza que el suelo ejerce sobre el cuerpo humano (o un objeto), la cual es igual en magnitud, pero opuesta en dirección a la fuerza que el cuerpo ejerce sobre el suelo.
Un concepto que ya vimos antes en esta lección y que será clave en la gestión y manejo del cuerpo de la persona atada.
¿Qué estamos viendo en el vídeo?
En este vídeo, demostramos cómo el hecho de mantener una postura anatómicamente neutra (Shisei) puede transformar tu práctica de shibari.
Esta técnica no solo optimiza el uso de la energía al minimizar esfuerzos innecesarios, sino que también promueve movimientos más orgánicos, reduciendo así el riesgo de lesiones o daños.
Primer ejemplo: Quien ata adopta una posición de balance con el core activado, mientras que quien es atado no lo hace.
¿Puede la persona que ata mover a la persona atada? Sí, pero solo a través de la fuerza, sin un verdadero control. Si la persona atada fuera significativamente más grande o fuerte, moverla sería misión imposible.
Segundo ejemplo: Invertimos los roles. Ahora, la persona atada mantiene una postura de balance, pero la persona que ata no.
¿Puede la persona que ata mover a la persona atada? Apenas. Sin control y con un gran esfuerzo, incluso siendo más grande y más fuerte.
Tercer ejemplo: Ambos, tanto quien ata como quien es atado, mantienen una posición de balance.
¿Puede la persona que ata mover a la persona atada? Sí, con facilidad, sin esfuerzo y de manera fluida.
Con estas demostraciones, queremos resaltar que sekibaku es un trabajo de ambos. No se trata de resistirse ni de ayudar de forma anticipada, sino de responder de manera natural y mutua.
Por supuesto, en ningún caso de trata de "dejarse hacer", ni de "aguantar".
De esta forma, logramos movimientos fluidos, seguros y orgánicos, además de una mejor gestión de la sesión, llevando la comunicación y la experiencia erótica a un nivel más profundo y consciente.