Curso de Shibari del Yagami Ryu: ¿Qué es Sekibaku?

¿Qué es Sekibaku? | Antecedentes Históricos | Erótica | Fundamentos Técnicos | Planteamientos

25 minutos Yagami Ryu

Creado por el atador japonés Yagami Ren, este estilo de shibari busca la satisfacción del deseo erótico de los participantes. Llendo más allá de la estética de las ataduras.

Se trata de un estilo basado en el uso de la lógica y que combina técnicas heredadas de las artes marciales tradicionales con conceptos y conocimientos científicos actualizados.

El Sekibaku es singular en su enfoque: cada sesión es única. Las técnicas se adaptan y aplican de manera diferente en cada interacción, lo que permite que cada experiencia sea diferente a todas las demás, personal y novedosa.

Este enfoque resalta la adaptabilidad y la capacidad de personalizar el Sekibaku, convirtiéndolo en un shibari accesible para todas las personas, independientemente de sus circunstancias, condición física o grado de experiencia.

Igualmente, se destaca por su minimalismo. No hay elementos superfluos; cada acción y técnica tiene un propósito específico, orientado a la satisfacción del deseo de cada uno de los participantes.

Y no, no diremos que se trata de «una forma de comunicación y expresión de las emociones en la pareja», eso sería falso. Para el sekibaku y para cualquier otra forma de shibari.

La comunicación entre personas requiere de expresión verbal cara a cara en un ejercicio de honestidad y responsabilidad personal.

Lo que nos lleva al requisito principal para practicar sekibaku: la honestidad.

Pero, ¿a qué nos referimos con honestidad? ¿Decir la verdad? Es más que eso.

Por honestidad nos referimos a la honestidad con uno mismo, al ejercicio de auto explorarse, de hacer el esfuerzo por conocerse mejor uno mismo, de ponerse en tela de juicio y contrastarse con su yo pasado y con lo que espera de uno mismo para el futuro. En resumen, CONOCERSE.

Y este puede ser un paso duro para muchas personas, que llegados a este punto son incapaces de confrontarse y, por tanto, incapaces de progresar en la práctica y estudio del sekibaku.

El segundo requisito, deriva de este. ACEPTARSE, muchas veces enunciado como "intención clara", y es que para tener clara cuál es la intención que tenemos ante una sesión, primero hemos de conocernos, y luego aceptarnos tal y como somos. Solamente así podremos satisfacer nuestros deseos.

Nuevamente, esto puede ser un hándicap para algunas personas. Si no te ves capaz de autoanalizarte, conocerte y aceptarte. Este no es un estilo de shibari para ti. No se trata de hacer bonitas formas con las cuerdas.

Se trata de confrontar las propias emociones y gestionarlas ANTES de pretender gestionar las emociones de otra persona.

Estudio del sekibaku

A diferencia de otros estilos de shibari cuyo aprendizaje pasa por memorizar y replicar patrones complejos y decorativos, el estudio del Sekibaku parte de la comprensión profunda de los principios técnicos empleados.

En Escuela de Shibari Shibari Dojo hemos desarrollado un método educativo que permite a los alumnos aplicar las enseñanzas recibidas en su vivencia erótica desde el primer día con seguridad y eficiencia.

Así, el estudiante no tiene que recordar complejos patrones de cuerdas, sino implementar en su vida y en su shibari sencillas habilidades y herramientas técnicas que, combinadas adecuadamente, le permitirán crear su propio shibari, hermoso y satisfactorio.

El Concepto de «Amenaza» en Sekibaku

El término Sekibaku (責縛) se forma a partir de la misma raíz “seme” empleada por ejemplo en “semenawa”, pero no con el sentido de “tortura o sufrimiento” sino como “amenaza”.

En concreto, se refiere al tipo de amenaza que siente una persona cuando otra la controla de forma constante y cercana, reduciendo sus opciones de actuar y decidir a la mínima expresión.

Así, en semenawa la «amenaza» proviene de la cuerda, mientras que en sekibaku la amenaza proviene de la persona que ata.

Es importante entender que aquí, «amenaza» no se emplea en el sentido de «hostilidad» o «violencia», sino como el ejercicio gestión de recursos que la persona que ata ejerce sobre la persona atada.

Y dejemos claro desde un principio que, estas técnicas se aplican en un contexto erótico en el que todos los participantes encuentran estimulantes este tipo de prácticas y acceden a ellas con la debida información y conocimiento.

Con frecuencia nos referimos a la sesión de shibari como un diálogo o entrevista. Una conversación en la que cada participante quiere saber "algo más" sobre la otra parte.

Una entrevista, o conversación, que puede adoptar múltiples formatos o tonos. Puede ser una charla amable y gentil, tornarse incisiva como una entrevista de trabajo, o dura como un interrogatorio policial. Por tan solo poner unos ejemplos.

Pero en ningún caso debe convertirse en una tortura, ya que en la tortura no hay diálogo, y la persona tortura acabará diciendo lo que la otra parte espera escuchar. Ahí no hay diálogo, ni aprendizaje, ni desarrollo posible de las relaciones, por efímeras que estas sean.

Dentro de este estilo, ambas partes están a un mismo nivel. En un mismo plano de poder. No hay top ni bottom.

Ambas personas son iguales y sus respectivas vivencias y expresiones emocionales son igualmente válidas. Y esto es así por no haber dos eróticas iguales. Cada persona vive su erótica de una forma diferente y cambiante entre cada interacción.

Lo que sí establecemos es una asimetría en la gestión de los recursos. De forma que la persona que ata gestionará progresivamente a lo largo de la sesión la mayor cantidad posible de recursos de la persona atada.

¿De qué recursos hablamos?

El primero y más obvio es la conducta, la capacidad de moverse libremente. Y se hace por medio de la restricción y la gestión de cuerpo.

Pero también se gestiona la mente, llevando al cerebro a explorar expresiones emocionales que, normalmente, por falta de tiempo o energía, no se abordan.

Esta exploración del rango emocional se lleva a cabo por ambas partes, pero en la persona atada es más intenso y rápido. Y para hacerlo, es imprescindible un ejercicio de la honestidad y responsabilidad personales por ambas partes.

Parémonos en esta parte un momento.

Ambas partes van a confrontar sus propias emociones. Incluso aquellas que, sin necesidad de ser algo oscuro o traumático, tienen poco trabajadas. Normalmente por falta de tiempo o energías.

Esta exploración genera vulnerabilidades, vamos a creer que la otra persona está viendo lo que sucede en nuestra mente. Especialmente la persona atada, que por su falta de gestión, va a ser más vulnerable.

Quien ata, es testigo de la vivencia emocional de la persona atada, pero al suceder dentro de su cabeza, no tiene ni la más remota idea de lo que está pasando por su mente.

Con lo cual, tendrá que interpretar, suponer y aventurar.

Al menos durante la sesión. Y ya después de la sesión será el momento de conversar y compartir la vivencia, para de esta forma crear un contexto emocional común que refuerce la relación entre ambas personas. Sea esta relación del tipo que sea.

Nota: después de la sesión NO es inmediatamente después. Recobrar ambas partes los niveles de gestión (química cerebral) requiere de un tiempo. Comer y dormir antes de charlar y repasar la vivencia es buena idea.

Estos procesos de exploración emocional requieren de un sólido ejercicio de la honestidad y responsabilidad personal. Afrontar una sesión de este tipo sin dichas herramientas es peligroso y una receta para el desastre.

La forma en que quien ata aprovecha estos procesos para generar la amenaza se apoya precisamente en las suposiciones y asunciones que se dan en la mente de la persona atada.

Para conseguirlo de forma segura se emplean toda una serie de técnicas y herramientas que son la base de la formación que impartimos en Escuela de Shibari - Shibari Dojo.

Y cuando el conjunto de técnicas y herramientas que conformas el sekibaku se aplica de la forma adecuada, funcionan. Convirtiendo a la persona que ata en una verdadera «amenaza».

Su presencia es capaz de provocar efecto, y a medida que se progresa en el esquema del deseo, cada vez es necesaria menos intervención. Con insinuar o sugerir un movimiento, o una acción, la persona atada ya responde.

Y no responde por miedo, ya que no hay un «castigo» asociado a la amenaza. Si no que lo hace por instinto, por automatismo, al entender su cerebro que, esa la mejor forma de gestionar la situación presente dentro del contexto erótico en el que nos encontramos.


Presentación del Estilo por Yagami Ren (2020)

Fragmentos de la Master Class impartida por Yagami Ren en 2020 en esta misma plataforma.

En parte, debido al tiempo transcurrido, la evolución y la mejor definición de conceptos desde entonces, y en parte debido a las diferencias culturales, y sobre todo, debido a la dificultad de traducir al español la peculiar forma en que Yagami Ren se expresa en japonés, hemos decidido añadir algunas explicaciones a este vídeo.

Antecedentes

El estilo de shibari de Yagami Ren está fuertemente influenciado por las artes marciales japonesas, especialmente por aquellas que se centraban en la forma de retener y manejar a los prisioneros en tiempos de guerra.

Este antecedente histórico influye tanto en la forma de manejar el cuerpo de la persona atada como en la de la persona que ata, así como en la técnica del manejo de la cuerda.

Erótica

Cuando cataloga a los practicantes de shibari japoneses, separa «BDSM» de «Erótico».

Aunque el BDSM es, en sí mismo, parte de lo erótico, esta diferenciación se hace debido a que este grupo de practicantes, muy numeroso en Japón, se compone mayoritariamente de profesionales de la industria para adultos, como dominatrices y atadores en películas porno.

Las referencias a la genitalidad deben entenderse teniendo en cuenta dos factores:

Por un lado, el trasfondo cultural taoísta, según el cual la eyaculación se considera una pérdida de energía que acorta la vida del hombre. Por otro lado, existe un abrumador porcentaje de disfunción eréctil entre los varones japoneses, posiblemente vinculado a una particularidad anatómica.

El desarrollo económico experimentado por la sociedad japonesa en los últimos siglos propició la aparición de otras formas de vivir la sexualidad en el ámbito social.

Así, al definir su estilo como erótico, Yagami Ren lo sitúa en el grupo de prácticas cuyo propósito principal es la satisfacción del deseo erótico.

Sobre la referencia a la no implicación de los sentimientos en el sekibaku, es un aspecto que abordamos extensamente a lo largo del curso, especialmente en el Módulo 2.

Pero podemos avanzar que los sentimientos personales nacen del ego y buscan complacer de forma egoísta. Con el sekibaku, buscamos una interacción erótica satisfactoria, no la satisfacción de los egos.

Afrontar el shibari desde los propios sentimientos, pero sin las bases adecuadas, es un error. Puede resultar en una experiencia complaciente; no obstante, no es lo mismo que una experiencia satisfactoria. Para obtener satisfacción, se requiere una técnica adecuada.

Fundamentos Técnicos

El estilo de Yagami Ren, al igual que las artes marciales, se basa en fundamentos o técnicas básicas que, al combinarse entre sí, dan lugar a un gran número de posibilidades.

Esta particularidad, alejada de las formas cerradas de otros estilos, permite adaptar la técnica a cualquier circunstancia y a cualquier tipo de cuerpo, creando en cada ocasión un shibari nuevo y armónico.

Una comprensión sólida de las técnicas y habilidades adecuadamente desarrolladas nos facilitarán que cada sesión sea fluida y eficiente.

Planteamiento

¿Realmente encuentras satisfacción erótica al ejecutar formas y figuras complejas y peligrosas en el shibari, o la encuentras más bien en el uso eficiente de la técnica dentro de tus capacidades?

Antes de afrontar el sekibaku, ambos participantes deben tener en cuenta que se requiere honestidad, tanto con uno mismo como con la otra persona. Ambos participantes están en el mismo plano de poder durante toda la sesión, y ambos deben tener una erótica compatible, lo que Yagami Ren llama “tener la misma intención”.

Todos estos aspectos son abordados de forma exhaustiva a lo largo de este curso, y las consultorías siempre están abiertas para responder a vuestras preguntas sobre cualquiera de estos temas.

Concepto de “sekibaku” - Explicado por Yagami Ren

Esta es la primera definición que Yagami Ren dio sobre su estilo en 2015.

Cuando practicamos el kinbaku como disciplina usamos muy a menudo el término: semenawa para especificar el ejercicio de tortura / tormento causada por la cuerda.

“Seme” significa amenaza y “Nawa” significa cuerda. Y entonces es cuestión de amenazar a alguien con una atadura específica, con la cuerda.

Quiero explicar en qué se diferencia mi estilo: obviamente hago semenawa, pero, prefiero considerar que yo lo que hago es “sekibaku”.

Sekibaku significa amenazar con atar, pero no solo con la cuerda. La amenaza ha de nacer de mi propia presencia, energía y comportamiento deliciosamente combinado con el uso de la cuerda.

Es un poco diferente de “semenawa, porque no dependo solo de la cuerda, y del hecho de atar, también influye mi propia capacidad para tomar el control de la situación de muchas maneras:

Partiendo de un excelente conocimiento de la anatomía humana a través de la práctica del Aikido y del shibari (partes sensibles, puntos de presión, puntos vitales, sentir y analizar la temperatura corporal, signos físicos de estrés, límites físicos, analizar de cada particularidad y cada persona de forma individual …)

Conociendo como controlar el tiempo, comprendiendo la duración de la sesión que cada uno puede soportar. Eligiendo el momento y la duración del shibari para cada individuo. Y poder observar pragmáticamente una situación y resolver las cosas tan rápido como sea posible.

Cuidando siempre nuestra herramienta: la cuerda. Verificando cada cuerda y dándoles el tratamiento adecuado. Saber cómo cortar la cuerda en caso de emergencia en lugar de desatar.

Conciencia, comunicación, capacidad de control sobre los demás y sobre uno mismo.

Innovar siempre. SEKIBAKU es atar con una intención clara. Conociendo el cuerpo, controlando el flujo, con plena comprensión de la técnica. Con responsabilidad, con seguridad.

Fuerte no siempre es lo obvio. Fuerte no siempre significa apretado. Fuerte no siempre proviene de la cuerda en sí. Nuestra intención debe ser fuerte.

“Psicología sobre semenawa estilo Yagami. Estudio de las amenazas pervertidas”Yagami Ren, 2015.